NUEVA YORK (AP) — La energía nuclear está recibiendo una atención renovada en medio de una creciente demanda de electricidad y energía más limpia.
Esta fuente de energía ha experimentado un resurgimiento a medida que las naciones se centran en reducir las emisiones en un esfuerzo por combatir el cambio climático. Al mismo tiempo, las necesidades energéticas del sector tecnológico están creciendo en forma de centros de datos y poderosos avances en inteligencia artificial.
Tales factores han generado que empresas y gobiernos observen más de cerca una fuente de energía cuyos peligros potenciales la hicieron impopular hace apenas unas décadas. Estados Unidos es el mercado de centros de datos de más rápido crecimiento, según McKinsey, que pronostica que la demanda se triplicará para 2030 a 80 gigavatios.
Constellation Energy planea reabrir Three Mile Island en Pensilvania en virtud de un acuerdo con Microsoft. Oracle planea utilizar nueva tecnología en forma de pequeños reactores nucleares modulares para alimentar sus centros de datos, y Google está comprando energía nuclear de pequeños reactores modulares desarrollados por Kairos Power. Amazon compró un centro de datos alimentado por energía nuclear en Pensilvania a principios de este año y también está invirtiendo en pequeños reactores nucleares.
"El sector energético se está convirtiendo rápidamente en protagonista de la historia de la IA", señalaron los analistas de McKinsey en un informe. "El acceso a la energía se ha convertido en un factor crítico a la hora de impulsar la construcción de nuevos centros de datos".
Esa demanda, junto con los objetivos de lograr que el uso de energía del país alcance emisiones de carbono "netas cero", significa que las expectativas sobre las contribuciones de la energía nuclear están aumentando. La energía nuclear de antemano proporciona alrededor del 20% de toda la generación de electricidad en Estados Unidos, y el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) espera que la capacidad de generación eléctrica nuclear casi se triplique en América del Norte para 2050.
La energía nuclear cuenta con el apoyo del gobierno de Estados Unidos como una opción para avanzar hacia una energía más limpia que ayude a reducir las emisiones de carbono. La central nuclear Vogtle de Georgia inauguró dos nuevos reactores en los últimos años.
Las previsiones de una demanda creciente han convertido a las empresas de servicios públicos con plantas nucleares en el objetivo de acuerdos con empresas de macrodatos.
Three Mile Island, ubicada en Pensilvania, fue el lugar del peor accidente nuclear comercial en la historia de Estados Unidos, cuando su reactor de la Unidad 2 sufrió una fusión parcial y dejó de funcionar en 1979. El reciente pacto entre Microsoft y Constellation propone reabrir el reactor de la Unidad 1, que permaneció en funcionamiento hasta 2019.
"Este acuerdo reconoce el papel fundamental que tiene la energía nuclear a la hora de proporcionar energía limpia y respaldar la confiabilidad", aseveró Daniel L. Eggers, director financiero de Constellation, en una llamada con analistas.
Varios estados aún tienen en vigor moratorias sobre el desarrollo de la energía nuclear, pero en los últimos 10 años ha habido un movimiento para derogarlas. Wisconsin, Kentucky, Montana y Virginia Occidental se encuentran entre los estados que han reabierto la puerta a la construcción de reactores. Otros estados, entre ellos Nueva York, tienen restricciones parciales según el tamaño y la ubicación.
La demanda de energía nuclear está moviendo los reflectores hacia las empresas de tecnología nuclear y los mineros de uranio.
NuScale Power ha registrado un aumento de sus acciones más de cinco veces este año, luego de un incremento del 40% en 2023. La compañía fabrica pequeños reactores modulares, que ocupan menos espacio que las plantas y reactores de energía nuclear típicos. Wall Street espera que sus ingresos aumenten en los próximos años.
Los precios del uranio están cerca de su máximo en 15 años. El aumento de los precios ha ayudado a impulsar las acciones de empresas como Cameco y NexGen, ya que los mineros de uranio y sus pares enfrentan una creciente demanda del combustible.