CIUDAD DE MÉXICO, marzo 16 (EL UNIVERSAL).- Una nueva erupción volcánica comenzó en Islandia, reportaron medios internacionales, que la sitúan en la península de Reykjaness, que abarca un sistema volcánico situado en el sudoeste de Islandia.
La evacuación ha comenzado en Grindavík y los vecinos de la zona han recibido mensajes de texto para abandonar la zona de forma rápida y segura, publicó el medio mbl.is.
La Laguna Azul ha sido evacuada, pero se estima que entre 700 y 800 visitantes y trabajadores se encontraban ahí cuando comenzó la erupción.
"Es simplemente una evacuación silenciosa, como la llamamos. No hay prisa, pero en la ciudad hay poca gente, como viene sucediendo desde hace 24 horas", afirmó el el titular policiaco, Úlfar Lúovíksson.
La erupción inició entre Hagafell y Stóra-Scógfell, en un lugar similar a la erupción del 8 de febrero. Fue precedido por una actividad sísmica de corta duración con cambios de terreno, según un comunicado de la Agencia Meteorológica Noruega.
La última erupción ocurrió cerca de Sýlingarfell, aunque la actividad volcánica parecía haber disminuido drásticamente desde entonces y la oficina de turismo había advertido a los visitantes que una vez más era seguro visitar la zona.
La Comisaría de Policía Nacional, en consulta con el Comisario de Policía de Suournes, ha decidido declarar el estado de emergencia para la Defensa Civil debido a la erupción.
El Departamento de Protección Civil y Gestión de Emergencias de Islandia anunció que había enviado un helicóptero para determinar la ubicación exacta de la nueva fisura.
No provocan grandes explosiones
"Advertencia: comenzó una erupción en Reykjanes", dijo la Oficina Meteorológica de Islandia en su sitio web, mientras que el sitio web del cercano aeropuerto de Keflavik en Reykjavik mostró que permanecía abierto tanto para salidas como para llegadas.
Las erupciones volcánicas en la península de Reykjanes son el resultado de las llamadas erupciones de fisuras, que no suelen provocar grandes explosiones ni una dispersión significativa de cenizas hacia la estratosfera.
Sin embargo, los científicos temen que puedan continuar durante décadas, y las autoridades islandesas han comenzado a construir diques para desviar los flujos de lava ardiente lejos de los hogares y las infraestructuras críticas, reportó el tabloide británico METRO.