Las escuelas públicas de Maui han iniciado el proceso de reapertura en una muestra de recuperación una semana después de que incendios forestales destruyeron un poblado histórico y dejaron más de 100 muertos, incluso mientras el miércoles llegaban más perros adiestrados para ayudar a las cuadrillas a buscar restos humanos en la segunda isla más grande de Hawai.
Al menos tres escuelas que quedaron intactas tras el paso del incendio por Lahaina — en donde vecindarios enteros fueron reducidos a cenizas — seguían siendo evaluadas tras sufrir daños por el viento, dijo el superintendente del Departamento de Educación de Hawai, Keith Hayashi. Los campus abrirán una vez que se consideren seguros.
"Aún hay mucho por hacer, pero en general los campus y las aulas se encuentran en buen estado estructural, lo cual es alentador", dijo Hayashi en un video. "Sabemos que las labores de recuperación siguen en las primeras etapas, y seguimos lamentando la pérdida de tantas vidas".
En otras partes de Maui, las cuadrillas limpiaban cenizas y escombros de las escuelas, y analizaban la calidad del aire y del agua en busca de toxinas. Estudiantes desplazados que se inscribieron en dichos campus pueden tener acceso a servicios como almuerzos, socialización y terapia, dijo Hayashi. El Departamento de Educación también ofreció apoyo psicológico para niños, familiares y miembros del personal.
La Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA por sus siglas en inglés) abrió su primer centro de recuperación de desastres en Maui, "un importante primer paso" para ayudar a los residentes a obtener información sobre asistencia", dijo la administradora de la FEMA, Deanne Criswell, el miércoles. También pueden acudir para obtener actualizaciones sobre sus solicitudes de asistencia.
Criswell dijo que acompañará al presidente Joe Biden durante su visita del lunes a Maui para evaluar los daños y "brindar esperanza".
Con el número de muertos ya en 106, una unidad móvil de la morgue con forenses adicionales llegó el martes a Hawai para asistir en la tarea de clasificar los restos.
Los equipos de búsqueda y recuperación que usan perros adiestrados habían recorrido alrededor del 30% de la zona consumida hasta el martes, informaron funcionarios. El número de equipos caninos aumentaría a más de 40 debido a la dificultad y alcance de la operación, dijo la FEMA. Los perros necesitan descanso frecuente debido a las condiciones del terreno y el calor.
Los equipos de búsqueda encontraron entre las víctimas a algunos de los residentes más vulnerables de Lahaina, incluidos niños. El gobernador Josh Green dijo esta semana que las cuadrillas encontraron a los cuatro integrantes de una familia muertos dentro de un vehículo calcinado, y los restos de siete miembros de otra familia dentro de una casa que fue consumida por las llamas.
"Algunas de las escenas son demasiado fuertes, tan sólo desde la perspectiva humana", dijo Green el martes a Hawaii News Now.
Poco más del 25% de los 13.000 residentes de Lahaina son menores de 18 años, según Census Reporter, una organización que analiza datos del censo federal. Otro 10% tiene 71 años o más.
La Escuela del Sagrado Corazón, en Lahaina, quedó destruida, y la directora Tonata Lolesio dijo que las clases se reiniciarían en las próximas semanas en otra escuela católica. Añadió que es importante que los alumnos estén con sus amigos, maestros y libros sin pensar constantemente en la tragedia.
"Espero que podamos tener al menos algo de normalidad y llevarlos a un aula en donde puedan seguir aprendiendo, o tan sólo en otro ambiente en el que puedan dejar de pensar en eso", comentó.
Ninguno de los casi 3.000 estudiantes de escuelas públicas en Lahaina estaba en clases el martes pasado, cuando comenzaron los incendios. El Departamento de Educación había cerrado varios campus del oeste de Maui debido a los fuertes vientos, y muchos de los estudiantes se quedaron en casa mientras sus padres trabajaban, según relatos de los sobrevivientes.
Las comunicaciones en Maui seguían siendo complicadas el miércoles. Algunas personas caminaban periódicamente hacia un malecón para hacer llamadas, porque ahí encontraban una mejor señal. Una avioneta voló a baja altura y utilizó un altoparlante para dar a conocer información para obtener agua y suministros.
Miles de residentes desplazados se estaban quedando en albergues, habitaciones de hotel y unidades de Airbnb, o con amigos. La empresa de electricidad restauró el suministro para más de 10.000 clientes, pero unas 2.000 casas y negocios seguían sin luz la noche del martes, escribió el condado de Maui.
El incendio también contaminó el suministro de agua en muchas zonas.
El condado dio a conocer el martes los nombres de dos de las víctimas: los residentes de Lahaina Robert Dyckman, de 74 años, Buddy Jantoc, de 79. Fueron los primeros de cinco personas identificadas hasta ahora. El jefe de la policía de Maui, John Pelletier, reiteró su llamado a los familiares de personas desaparecidas a que entreguen muestras de ADN.
La causa de los incendios, los más mortíferos en Estados Unidos en más de un siglo, seguía bajo investigación. Green ha advertido que aún podrían localizarse muchos más cuerpos.
"Muchos de los decesos fueron en los caminos, junto al mar", dijo Green al programa "Good Morning America" de la cadena ABC. "Así que las cifras van a aumentar, pero esperemos que no aumenten en proporciones catastróficas. Aún no lo sabemos".
El gobernador advirtió el martes que una nueva tormenta que se dirigía a las islas podría complicar las tareas de búsqueda y recuperación, y que las autoridades podrían interrumpir el suministro eléctrico como precaución ante las condiciones del clima.
La empresa local de electricidad fue objeto de críticas por mantener el suministro mientras los fuertes vientos de un huracán cercano afectaban la zona la semana pasada, y un video muestra un cable colgando sobre un pedazo de césped quemado, rodeado por llamas, en los primeros momentos del incendio. Las causas de los incendios, algunos de los cuales aún no han sido extinguidos, siguen bajo investigación.
El incendio de Lahaina dejó alrededor de 3.200 millones de dólares en pérdidas en propiedades aseguradas, según los cálculos de Karen Clark & Company, una empresa de modelos de riesgos y desastres. Añadió que más de 2.200 estructuras resultaron dañadas o quedaron destruidas por las llamas, y alrededor de 3.000 dañadas por el fuego, el humo o ambos.
John Allen y su hija contemplaban un paisaje gris que alguna vez fue hogar de coloridas orquídeas y otras flores desde la cima de una colina. Su hija rompió en llanto al señalar la cafetería en la que solía trabajar, y los lugares en los que solían vivir.
Allen se mudó a Maui hace dos años después de dejar Oakland, California, en donde vio como un voraz incendio forestal consumió las colinas en 1991.
"Nadie está consciente de lo rápido que avanzan las llamas", dijo Allen.