Francisco defiende a obispo Barros

Deja Chile e inicia una gira por Perú, donde también enfrentará escándalo de abusos sexuales

Lima, Perú.- El papa Francisco llegó a Perú el jueves por la tarde para iniciar cuatro días más de viaje por Sudamérica. En este país visitará la Amazonía devastada por una fiebre del oro y la costa norteña del Pacífico, azotada por torrenciales lluvias en 2017.

El papa se despojó de su solideo al bajar y fue recibido por el presidente Pedro Pablo Kuczynski y su esposa, quienes le besaron la mano derecha. Un niño y una niña que viven en un hogar para menores abandonados le entregaron un ramo de flores blancas y Francisco les acarició las cabezas.

Kuczynski y Francisco caminaron después por una alfombra roja del aeropuerto de Lima seguidos por un grupo de militares que tenían las espadas desenvainadas.

El papa también saludó a los más importantes representantes de la iglesia católica local, el primero fue el conservador cardenal Juan Luis Cipriani.

Como en Chile, Francisco afrontará en Perú un escándalo de abusos sexuales que remecieron al movimiento católico peruano Sodalitium Christianae Vitae, un grupo ultraconservador con alrededor de 20.000 miembros en toda Sudamérica y Estados Unidos. Hace una semana el Vaticano se hizo cargo del movimiento designando un comisionado porque el fundador Luis Fernando Figari se encuentra acusado de cometer abusos psicológicos y sexuales.

Horas antes, en su última jornada en Chile, el papa volvió a desatar la ira de algunas víctimas de los abusos sexuales a menores por parte del sacerdote chileno Fernando Karadima al defender a un discípulo de éste y obispo de Osorno, Juan Barros, que ha sido cuestionado por haber encubierto supuestamente esos hechos.

El papa aseguró que las acusaciones de que encubrió de los abusos sexuales contra menores cometidos por el sacerdote Fernando Karadima “son calumnias”.

“El día que me traigan una prueba contra el obispo Barros, voy a hablar”, declaró el pontífice a periodistas de varios medios locales a su llegada a la ciudad de Iquique.

“No hay una sola prueba en contra, todo es calumnia”, enfatizó Jorge Mario Bergoglio en declaraciones a los informadores que le abordaron al momento de subirse al papamóvil.