Ciudad del Vaticano.- Francisco viaja este domingo a la isla francesa de Córcega, después de haber rechazado ir a París para la ceremonia de inauguración tras la restauración de la catedral de Notre Dame, donde, en una visita que durará apenas 9 horas, volverá a poner el foco sobre el Mediterráneo.
Francisco emprenderá su 47 viaje internacional a la capital de la isla francesa, Ajaccio, para participar a la jornada de clausura de un congreso dedicado a la “Religiosidad popular en el Mediterráneo” y que ha provocado algunos resquemores por no haber participado en la ceremonia de inauguración de Notre Dame.
El motivo de la visita es su participación en el congreso que se celebrará en la diócesis de Ajaccio sobre “La religiosidad popular en el Mediterráneo”, que contará con la presencia de obispos de Italia, Francia, España y otros países vecinos.
Y todo ello, añadió el portavoz, “con el Mediterráneo como telón de fondo en una época caracterizada por conflictos que probablemente encontrarán eco en los discursos del papa”.
Francisco vuelve a visitar una isla del Mediterráneo como ya hizo con Lesbos, en Grecia, o Lampedusa, en Italia, pero también lugares símbolos del Mare Nostrum como Malta o Marsella.
Al final de la jornada, el papa se reunirá en el aeropuerto con el presidente francés, Emmanuele Macron, que acudirá sólo para este encuentro y no participará en el resto de actos.
Francisco, dos días antes de cumplir 88 años, se convertirá así en el primer pontífice en visitar la isla mediterránea, cuna de Napoleón, donde orgullosamente le llamarán “Francescu”, en lengua corsa y en un momento en el que crecen las peticiones independentistas.