GAZA (EFE).- Con más de 200 mil contagiados y 160 países afectados por el COVID-19 en el mundo y con sus vecinos, Egipto e Israel, afectados, Gaza es el único punto de Oriente Medio que se mantiene por ahora libre del virus.
La franja palestina, con unas condiciones sanitarias precarias y una economía muy castigada por el bloqueo impuesto por Israel desde 2007, no ha registrado por ahora casos positivos por coronavirus.
Mientras, Israel tiene más de medio millar de contagiados según las cifras oficiales, que adolecen de falta de pruebas de diagnóstico realizadas, el territorio palestino ocupado de Cisjordania roza los cincuenta y Egipto registra casi 200 casos.
Ante la situación, las autoridades sanitarias de Gaza -gobernada de facto por el movimiento islamista Hamás- activaron medios de prevención estrictos para contener la enfermedad y evitar su propagación entre los dos millones de habitantes de este territorio con gran densidad demográfica.
Según el portavoz del Ministerio de Sanidad local, Ashraf al Qedra, las principales vías por donde podría entrar el virus son los pasos fronterizos de Erez -con Israel- y Rafah, que conecta la franja con la península egipcia del Sinaí.
Como precaución, se cerraron ambos cruces el domingo pasado. Pero estos ya estaban enormemente limitados a personas con permisos especiales por el bloqueo a la franja. Además, las autoridades pusieron en cuarentena 14 días a unos 5 mil gazatíes que regresaron al enclave desde el exterior las últimas dos semanas.
Unos dos mil están internados en varios centros escolares y el resto permanece en aislamiento en su domicilio. También hay aisladas cerca de 80 personas con problemas cardíacos, cáncer o mayores de 60 años que estuvieron recientemente en el extranjero para recibir atención médica.
Pero por ahora, según las pruebas que se realizan las 24 horas del día en un laboratorio de Gaza capital, nadie ha dado positivo por coronavirus, remarca Al Qedra.
Las autoridades sanitarias instalaron un hospital de campaña en el cruce de Rafah con 30 camas, una unidad de cuidados intensivos y personal médico equipado, por si fuera necesario.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) envió ayer centenares de kit de prueba adicionales y equipos de protección médica a Gaza en una operación coordinada con las autoridades israelíes.
Según medios locales, estas ven con preocupación que el virus se propague por el enclave por las consecuencias humanitarias que podría acarrear y los efectos que podría tener sobre Israel.
"En Gaza, el sistema de sanidad deteriorado y sobrecargado podría verse rápidamente abrumado si hubiera un brote de COVID-19", lo que podría derivar en una "situación muy peligrosa", declaró a Efe una portavoz sobre el terreno de la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF).
También se han cancelado clases en escuelas y universidades, que estarán cerradas hasta finales de mes pero, en gran medida, la vida cotidiana de la franja sigue su curso.
Mercados, negocios, oficinas y bancos permanecen abiertos, y la gente continúa con su vida laboral, explica a Efe la gazatí Reema Masri, que agrega, en los puestos de trabajo se toman precauciones higiénicas para prevenir el contagio.