Gaza, un año de una atroz guerra

Recuerdan a víctimas del ataque de Hamás aquel 7 de octubre durante festividad de Sucot

Jerusalén, Israel.- Las alarmas comenzaron a sonar a las 6.29 horas del 7 de octubre de 2023 en gran parte de Israel, que celebraba la festividad judía de Sucot, ante una andanada de más de 6,000 cohetes lanzados desde Gaza por Hamás, mientras más de 3,000 milicianos se infiltraron en las comunidades del sur del país.

De forma simbólica, esas mismas sirenas sonaron este lunes, a la misma hora un año después, frente a la residencia oficial en Jerusalén del primer ministro, Benjamín Netanyahu, a quien gran parte de la sociedad israelí responsabiliza de los fallos de inteligencia que permitieron el mayor ataque de la historia de Israel y la mayor matanza de judíos desde el Holocausto, 1,200 personas en un solo día.

Familiares de estos fallecidos, muchos de ellos soldados, y de los 250 rehenes que capturaron las milicias islamistas en los kibutz del sur de Israel, volvieron a manifestarse en contra del primer ministro, a quien le exigen un acuerdo que permita traer de vuelta a los 97 secuestrados que siguen cautivos en la Franja un año después, de los que una treintena estarían muertos.

“Mientras el enemigo amenace nuestra existencia y la paz de nuestro país, continuaremos luchando. No renunciaremos a ninguno de ellos (de los rehenes). No voy a renunciar mientras nuestros ciudadanos no regresen a sus hogares de manera segura, continuaremos luchando”, dijo Benjamin Netanyahu.

Con un tono más solemne que reivindicativo, decenas de actos de homenaje a las víctimas de Hamás se han desarrollado por todo Israel: en Reim, donde unas 400 personas fueron asesinadas en el festival de música Nova; en Tel Aviv, o en Jerusalén, con la presencia del propio Netanyahu, donde destacó que los israelíes se han levantado tras el 7 de octubre como “una nación de lobos”.

En un discurso con motivo del aniversario, Abu Obeida, portavoz de las Brigadas al Qassam, brazo armado de Hamás, sacó pecho este lunes de las críticas internacionales a Israel por la guerra en Gaza, y subrayó que el país “vive marginado por todas las naciones de la Tierra”.

“El país mantiene un profundo compromiso para continuar tomando las medidas necesarias para defender Israel”, replicó por su parte el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant.

Mientras la guerra se extiende por numerosos frentes en todo Oriente Medio -se espera un ataque inminente de Israel contra Irán en represalia por el lanzado por Teherán el pasado martes-, la ofensiva israelí en el enclave palestino sigue enquistada, aunque el Ejército asegura haber matado a más de 17.000 combatientes de Hamás en el último año, además de líderes del grupo como Ismail Haniyeh o Mohamed Deif.

Kiev, Ucrania.- Fuerzas ucranianas atacaron una terminal petrolera rusa en Crimea que provee combustible para la campaña bélica rusa, informó el ejército de Ucrania, al tiempo que el presidente Volodímir Zelenski anunció que la guerra ha entrado en una nueva fase.

Ambos bandos se enfrentan al tema de cómo sostener su costosa guerra de desgaste en un conflicto que se desató cuando Rusia invadió Ucrania en febrero de 2022 y que no da señales de terminar pronto.

El Mando Militar ucraniano indicó a través de las redes sociales que la terminal petrolera en Feodosia, en la costa sur de la península de Crimea ocupada por Rusia, fue parte de las gestiones para “socavar el potencial militar y económico de la Federación Rusa”.

Ucrania ha atacado con creciente frecuencia instalaciones en la retaguardia rusa que son esenciales para el esfuerzo bélico, ya en su tercer año. Ha desarrollado incluso drones de largo alcance que han impactado depósitos y refinerías petroleras rusas, además de arsenales.

El propósito de Ucrania es entorpecer la capacidad rusa de suplir a sus fuerzas en el frente, particularmente en la región oriental de Donetsk donde las fuerzas rusas han estado estrechando a las fuerzas ucranianas.

Zelenski dijo que la guerra está “en una fase muy importante” a medida que las fuerzas ucranianas tratan de mantener a raya a las más numerosas rusas.