Deir Al Balah, Franja de Gaza.- Los palestinos en Gaza lucharon el martes por recuperarse de las lluvias torrenciales que azotaron el enclave durante días, inundaron campamentos para desplazados, derrumbaron edificios gravemente dañados por la guerra y dejaron al menos 12 muertos, entre ellos, un bebé de dos semanas
El aguacero, en el que cayó más de 150 mililitros de lluvia en algunas partes de Gaza durante la última semana, convirtió los caminos de tierra en lodo e inundó tiendas en campamentos.
El Ministerio de Salud de Gaza, que forma parte del gobierno dirigido por Hamás, dijo el martes que el bebé de dos semanas murió de hipotermia como resultado del clima. El bebé fue llevado al hospital hace unos días y trasladado a cuidados intensivos, pero falleció.
En la Ciudad de Gaza, un hombre murió el martes después de que una casa dañada durante los ataques israelíes se viniera abajo debido a las fuertes lluvias, según el Hospital Shifa.
Miembros de la familia al-Hosari dijeron que 30 personas vivían en el edificio, pero solo nueve estaban en casa cuando colapsó. El hombre que murió era un trabajador que había venido a reparar las paredes.
El Ministerio de Salud dijo que las diez personas restantes fallecieron la semana pasada, también por el derrumbe de edificios debido a la lluvia y los fuertes vientos.
Los trabajadores de emergencia advirtieron a las personas que no se congregaron en edificios dañados debido al riesgo de derrumbe, aunque gran parte del territorio ha sido reducida a escombros, por lo que hay pocos lugares para escapar de la lluvia. En julio, el Centro de Satélites de las Naciones Unidas estimó que casi el 80% de los edificios en Gaza han sido destruidos o dañados.
“Cuando escuchamos las noticias de que hay una tormenta, toda nuestra vida cambia, comenzamos a pensar en dónde quedarnos, a dónde ir, dónde poner nuestros colchones y mantas, y dónde mantener a nuestros hijos seguros y abrigados”, afirmó Mohammed Gharableh, un padre desplazado de la ciudad sureña de Rafah.
“En cada tormenta como ésta, el agua penetra en nuestras tiendas, y nuestros colchones y mantas se empapan”, agregó.