WASHINGTON (AP) — El gobierno de Biden dijo el martes que reconocerá y apoyará a un nuevo gobierno sirio que renuncie al terrorismo, destruya los arsenales de armas químicas y proteja los derechos de las minorías y las mujeres.
El secretario de Estado Antony Blinken dijo en un comunicado que Estados Unidos trabajará con grupos en Siria y socios regionales para asegurar que la transición del gobierno depuesto del presidente Bashar Assad se desarrolle sin contratiempos. No especificó con qué grupos trabajaría Estados Unidos, pero el Departamento de Estado no ha descartado conversaciones con el principal grupo rebelde sirio a pesar de su designación como organización terrorista.
"El proceso de transición y el nuevo gobierno también deben mantener compromisos claros para respetar plenamente los derechos de las minorías, facilitar el flujo de asistencia humanitaria a todos los necesitados, evitar que Siria sea utilizada como base para el terrorismo o que represente una amenaza para sus vecinos, y asegurar que cualquier reserva de armas químicas o biológicas esté asegurada y sea destruida de manera segura", dijo.
Blinken agregó que los sirios deberían decidir su futuro y que otros países deberían "apoyar un proceso inclusivo y transparente" y no interferir.
"Estados Unidos reconocerá y apoyará plenamente a un futuro gobierno de Siria que resulte de este proceso", dijo Blinken. "Estamos preparados para prestar todo el apoyo apropiado a todas las comunidades y constituyentes diversos de Siria".
El gobierno de Assad se derrumbó durante el fin de semana en ataques rápidos liderados por el grupo rebelde Hayat Tahrir al-Sham, conocido como HTS, que ha sido designado como "organización terrorista extranjera" por Estados Unidos desde 2012.
El Departamento de Estado dice que revisará esa designación si el grupo toma medidas para revertir las razones de la misma, pero dice que la lista en sí no prohíbe las discusiones entre sus miembros y los funcionarios estadounidenses.
El portavoz del Departamento, Matthew Miller, dijo el lunes que los funcionarios estadounidenses "tienen la capacidad, cuando está en nuestro interés, de comunicarse legalmente con una organización terrorista designada".