Violencia y Crisis en Haití: Impacto en la Población

Violencia en aeropuerto, crisis política y control de pandillas en Haití

PUERTO PRÍNCIPE, Haití (AP) — El principal aeropuerto de Haití permaneció cerrado el martes, un día después de que estallara la violencia, mientras el nuevo primer ministro del país tomaba protesta en una tumultuosa transición política.

La vida se paralizó en gran parte de la capital tras la ola de violencia, que alcanzó su punto álgido cuando pandillas dispararon contra un avión de Spirit Airlines, hiriendo a un asistente de vuelo y obligando a cancelar los vuelos y a cerrar el aeropuerto. Policías fuertemente armados en vehículos blindados afuera del aeropuerto revisaban los camiones utilizados para el transporte público que pasaban por allí.

Las escuelas estaban cerradas, al igual que los bancos y las oficinas gubernamentales. Las calles, donde apenas un día antes pandillas y policías se enfrentaban en un intenso tiroteo, estaban inquietantemente vacías, con pocos vehículos en circulación, aparte de una motocicleta con un hombre herido viajando en la parte trasera.

Los sonidos del intenso tiroteo aún resonaban por las calles, un recordatorio de que, a pesar de las maniobras políticas de las élites de Haití y de una fuerte presión de la comunidad internacional para restaurar la paz, la tóxica amalgama de pandillas del país mantenía su firme control sobre gran parte de la nación caribeña.

La ONU calcula que las pandillas controlan 85% de Puerto Príncipe, la capital. Una misión respaldada por la ONU y encabezada por la policía de Kenia para sofocar la violencia de los grupos criminales enfrenta la falta de financiación y de personal, lo que ha provocado llamados a la intervención de una misión de paz de la ONU.

La violencia surge después de que un consejo de transición, encargado de restaurar el orden democrático en Haití, donde no se han celebrado elecciones desde 2016, decidiera destituir al primer ministro interino del país, Garry Conille que, durante sus seis meses en el cargo, a menudo estuvo en desacuerdo con el consejo.

A pesar de que Conille declaró ilegal la medida, el consejo rápidamente nombró al empresario Alix Didier Fils-Aimé como el nuevo primer ministro interino. Fils-Aimé prometió trabajar con socios internacionales para restaurar la paz y celebrar las tan esperadas elecciones, una promesa que también hizo su predecesor.

Pero muchos haitianos, como Martha Jean-Pierre, de 43 años, tienen poco interés en las luchas políticas que, según los expertos, solo dan a las pandillas más libertad para expandir su control mientras Haití se encuentra al borde de la hambruna.

Jean-Pierre fue una de las personas que se atrevieron a recorrer las calles de Puerto Príncipe el martes para vender los plátanos, zanahorias, repollos y papas que llevaba en una canasta sobre su cabeza. No tenía opción, dijo; vender era la única manera de alimentar a sus hijos.

"¿De qué sirve un nuevo primer ministro si no hay seguridad, si no puedo moverme libremente y vender mis productos?", dijo, señalando con la cabeza su canasta de verduras. "Esta es mi cuenta bancaria, de esto depende mi familia".