BUENOS AIRES (AP) — Los choferes de cerca de un centenar de líneas de autobuses que circulan en la zona metropolitana de Buenos Aires realizaban el jueves una huelga de 24 horas en reclamo de aumentos salariales atrasados en un contexto de profundización del malestar de los argentinos por la galopante inflación y la licuación de sus ingresos.
Los conductores agrupados en el sindicato Unión Tranviarios Automotor (UTA) dijeron que levantarán lo que denominaron "retención de tareas" si las empresas de las líneas de autobuses les depositan las sumas que reclaman. Varios empresarios adelantaron que no están en condiciones de afrontar ese pago.
No todas las líneas se plegaron al cese de actividades, varias decenas seguían operando en la capital y localidades cercanas.
El portavoz presidencial Manuel Adorni dijo que el paro "es horroroso" y afecta a unas cuatro millones de personas.
"Los argentinos estamos ante dos caminos: uno el de la libertad, que es lo que eligió la gente cuando votó al presidente (Javier) Milei y el otro de aquellos que utilizan el amedrentamiento", afirmó el funcionario.
La medida —la segunda de este tipo que toman los choferes en los últimos dos meses— obligó al gobierno a convocar a la UTA y a las cámaras empresarias del sector a una reunión para encontrar una solución.
Los choferes llevaron a cabo otro paro en marzo en reclamo del pago de incrementos salariales establecidos por unas 40 empresas de autobuses a principios de año en medio del recalentamiento del costo de vida y cuando ya estaban en marcha las medidas de ajuste económico de Milei, un economista ultraliberal que asumió en diciembre.
Luciano Fusaro, vicepresidente de la Asociación Argentina de Empresarios del Transporte Automotor (AAETA), dijo sobre la medida de fuerza del jueves que la negociación salarial prosigue, por lo que "hay que pagar el mismo salario de febrero".
Según Fusaro, esa cámara empresarial pactó con la UTA aumentos para los meses de enero y febrero y el sindicato ha invocado una cláusula de ese acuerdo que estipula que para marzo "la base de la negociación son 987.000 pesos (unos 1.115 dólares)" y que reclamó tener en cuenta en el pago de los sueldos correspondientes a ese mes.
"Nosotros decimos que no; como dice la cláusula, esa es la base de la negociación y ésta todavía no terminó y mientras continúe hay que pagar el mismo salario que febrero", afirmó Fusaro a medios de prensa.
Por otro lado, la Secretaría de Transporte determinó los subsidios que necesitan las empresas y que en gran parte cubren los salarios basándose en el monto de los haberes del segundo mes del año.
El portavoz presidencial indicó al respecto que "el Estado nacional está cumpliendo con cada uno de los desembolsos de los subsidios en la zona metropolitana y ya ha cubierto los costos del sector".
El gobierno de Milei ha aplicado un drástico recorte del gasto público para alcanzar el déficit cero, incluyendo el recorte de subsidios para el transporte, lo que ha supuesto el incremento de las tarifas.
Las políticas de ajuste han recalentado el clima social: se han sucedido manifestaciones de organizaciones de izquierda y huelgas de sindicatos de conductores de trenes urbanos, personal de sanidad, empleados aeronáuticos y docentes en reclamo de aumentos salariales en un contexto de inflación anual en torno del 276% y caída de la actividad económica.