Un error de un controlador de tráfico aéreo, que asumió que un avión de Southwest Airlines despegaría de un aeropuerto en Texas antes que un avión de FedEx aterrizara, provocó que las aeronaves estuvieran a menos de 200 pies de colisionar bajo una densa niebla el año pasado, concluyeron los investigadores federales el jueves.
La Junta Nacional de Seguridad del Transporte de Estados Unidos (NTSB, por sus siglas en inglés) indicó que los pilotos de Southwest contribuyeron al incidente en Austin al no informar al controlador que necesitaban tiempo en la pista antes de comenzar su despegue.
El controlador de tráfico aéreo había autorizado a ambos aviones a usar la misma pista. Un desastre potencial se evitó en el último momento, cuando los pilotos de FedEx divisaron la silueta del jet de Southwest —que llevaba 128 pasajeros y miembros de la tripulación— y ascendieron para evitar el peligro.
"Este incidente podría haber sido catastrófico de no ser por las acciones heroicas de la tripulación de FedEx", dijo durante la audiencia Jennifer Homendy, presidenta de la NTSB.
El miembro de la junta, Michael Graham, calificó el incidente como un fallo en la seguridad aérea.
"Tuvimos dos aeronaves a menos de 200 pies una de la otra, y eso no debería suceder", dijo Graham. Señaló la falta de radar terrestre en el aeropuerto o tecnología para advertir a los pilotos sobre el potencial de colisión, y dijo que el controlador de tráfico aéreo y la tripulación de Southwest mostraron un juicio y toma de decisiones deficientes.
"Si no fuera por la maniobra de último minuto de la tripulación de FedEx, podríamos estar teniendo una discusión diferente hoy", dijo Graham.
En sus conclusiones de causa probable adoptadas por unanimidad, la junta de cinco miembros también culpó a la Administración Federal de Aviación por no requerir que el aeropuerto de Austin tuviera tecnología que habría ayudado al controlador de tráfico aéreo Damian Campbell a rastrear los aviones. Él dijo a los investigadores que no podía ver el jet de Southwest cuando éste se dirigía a la pista.
La junta también sostuvo que la falta de entrenamiento reciente de los controladores de Austin para operar en visibilidad reducida contribuyó al incidente.
El avión de FedEx realizaba su aproximación final para aterrizar en el Aeropuerto Internacional Austin-Bergstrom cuando casi chocó con la parte superior del Boeing 737 de Southwest, que estaba acelerando en la pista para despegar en la densa niebla.
Campbell dijo a los investigadores que esperaba que el jet de Southwest despegara más rápidamente. En retrospectiva, el controlador dijo que habría hecho esperar a la tripulación de Southwest hasta que el Boeing 767 de FedEx aterrizara.
Los investigadores de la NTSB dijeron que los controladores en Austin no habían entrenado recientemente ni trabajado en condiciones de baja visibilidad. "Como resultado", dijo el investigador Brian Soper, Campbell "no estaba adecuadamente preparado para manejar el tráfico" esa mañana.
Los investigadores señalaron que el aeropuerto de Austin carece de tecnología de seguimiento terrestre basada en radar —en uso en otros 43 aeropuertos de Estados Unidos— que habría ayudado al controlador a rastrear los aviones. La FAA ha anunciado planes para hacer disponible la tecnología de seguimiento basada en GPS en más aeropuertos, incluido Austin.
Los investigadores también notaron que los pilotos de Southwest aún estaban a 550 pies de la pista cuando dijeron que estaban listos para despegar. Cuando llegaron a la pista, se demoraron más tiempo para acelerar los motores. Los pilotos deberían haberle dicho al controlador que necesitaban más tiempo, dijo el investigador Warren Abrams, un ex capitán de aerolínea.
Robert Bradeen Jr., copiloto de FedEx, estaba en el público el jueves y recibió una ovación. Hugo Carvajal III, capitán de FedEx, quien no estaba en la audiencia, previamente dijo a los investigadores que estaba irritado y perplejo cuando escuchó al controlador autorizar el despegue del jet de Southwest desde la misma pista a la que él se aproximaba.
El incidente fue uno de varios ocurridos el año pasado que llevaron a la FAA a convocar una "cumbre de seguridad" con participantes de la industria de la aviación.
Las autoridades de la FAA han mantenido que la aviación en Estados Unidos nunca ha sido más segura. Sin embargo, un panel de expertos independientes concluyó el año pasado que el margen de seguridad está disminuyendo y que la FAA necesita mejor personal y tecnología para gestionar el espacio aéreo nacional.
"Aunque son alarmantes, eventos como (el de Austin) son inusuales. La aviación comercial es por mucho nuestro modo de transporte más seguro", dijo Homendy. "Pero la triste realidad es que sólo se necesita un" error para "llevarnos a una tragedia, romper nuestro excelente récord de seguridad y destruir la confianza pública en nuestro sistema de aviación".
Según cifras de la FAA, el año pasado hubo 23 de las más graves "incursiones en pista" —incidentes que involucran uno o más aviones en tierra— en comparación con 16 en 2022.
"Estamos yendo en la dirección equivocada", dijo Homendy.
La NTSB planea publicar su informe sobre el incidente de Austin en las próximas semanas.