Belleair Beach, Flo.- Los habitantes de la costa de Florida en el Golfo de México se apresuraban el lunes a prepararse para la llegada de un huracán de categoría 5, mientras cuadrillas de trabajadores se esmeraban en retirar las pilas de escombros que dejó el huracán Helene hace dos semanas y las carreteras se llenaban de gente que huía.
El ojo del huracán Milton podría tocar tierra el miércoles en la región de Tampa Bay, que no ha sufrido el impacto directo de un huracán de categoría 3 o mayor en más de un siglo. Los científicos prevén que el sistema se debilitará ligeramente antes de tocar tierra, aunque podría conservar la fuerza de huracán a medida que atraviese Florida en dirección al océano Atlántico. Esa trayectoria eximiría de sus efectos a otros estados devastados por Helene, que mató al menos a 230 personas a su paso entre Florida y las Carolinas.
“Esto de Milton es en serio”, declaró la alcaldesa de Tampa, Jane Castor, en conferencia de prensa. “Si te quieres enfrentar a la Madre Naturaleza, ella ganará el 100% de las veces”.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, dijo el lunes que era imprescindible retirar los escombros que dejó Helene antes de la llegada de Milton para que no se conviertan en proyectiles.
Los meteorólogos advirtieron sobre la posibilidad de marejadas de 2.4 a 3.6 metros (entre 8 y 12 pies) en Tampa Bay. Es el nivel más elevado jamás pronosticado para la región y casi el doble de los niveles alcanzados hace dos semanas durante la llegada de Helene, dijo Maria Torres, vocera del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC, por sus siglas en inglés).
La tormenta también podría traer consigo inundaciones generalizadas. Se pronosticaban de 13 a 25 centímetros (5 a 10 pulgadas) de lluvia en el territorio continental de Florida y los Cayos, y hasta 38 centímetros (15 pulgadas) en algunas áreas.
Milton se intensificó rápidamente el lunes sobre el este del Golfo de México. Tenía vientos máximos sostenidos de 285 km/h (180 mph), informó el NHC. Por la tarde, el centro de la tormenta se ubicaba a unos 1.085 kilómetros (675 millas) al suroeste de Tampa y se desplazaba en dirección este-sureste a 17 km/h (10 mph).
El presidente Joe Biden aprobó una declaración de emergencia para Florida, y la representante federal Kathy Castor dijo que 7.000 trabajadores federales fueron convocados para que ayudaran en el desastre.