JERUSALÉN (AP) — Las habitantes de una vivienda que fue alcanzada por un tanque durante el ataque del 7 de octubre pasado en Israel probablemente murieron asesinados por el grupo palestino Hamás y no por el tanque, dijo el jueves el ejército israelí citando las conclusiones de una investigación, al tiempo que reconoció fallas durante el mortífero ataque que desencadenó la guerra de nueve meses en la Franja de Gaza.
Aunque el ejército pareció exculparse en el ataque con tanques, reconoció una serie de errores cometidos ese día en su misión principal de proteger a los ciudadanos del país, como la lentitud de los tiempos de respuesta y la desorganización durante el enfrentamiento en el kibutz Be´eri.
"Los combates en la zona durante las primeras horas se caracterizaron por la falta de mando y control y de coordinación y orden entre las distintas fuerzas", decía el informe. "Esto provocó varios incidentes en los que las fuerzas de seguridad se reunieron a la entrada del kibutz y no entraron en combate inmediatamente".
Be´eri, situado a sólo varios kilómetros (millas) de la frontera con la Franja de Gaza, fue una de las comunidades más duramente golpeadas en el ataque de Hamás de primera hora de la mañana, con más de 100 muertos y más de 30 personas tomadas como rehenes.
También fue escenario de uno de los incidentes más sonados del 7 de octubre: un enfrentamiento en el que los militantes retuvieron a un grupo de rehenes en el interior de una vivienda. Los sobrevivientes afirmaron que durante el enfrentamiento un tanque disparó contra la casa, lo que hizo temer que los 13 rehenes que se encontraban en su interior murieran por fuego amigo.
En su investigación, el ejército afirmó que el kibutz fue invadido por unos 340 combatientes de Hamás y que los militantes mataron a la mayoría de los rehenes, aunque no quedó claro cómo llegó a esa conclusión, y el informe pedía pruebas adicionales.
Los investigadores "determinaron que, basándose en la información examinada y a su leal saber y entender, ningún civil del interior del edificio resultó herido por el fuego de los proyectiles de los tanques", concluía el informe, aunque afirmaba que dos civiles israelíes fueron alcanzados por metralla fuera del edificio. Uno de ellos murió, según su esposa.
También afirmó que sus comandantes en el lugar de los hechos habían tomado "decisiones profesionales y responsables" al ordenar el ataque con tanques. Afirmó que varios mandos habían tomado una decisión conjunta tras oír disparos alrededor de la casa y a los militantes decir que planeaban matar a los rehenes y suicidarse.
Sin embargo, el informe admitía fallos generalizados aquel día.
"El equipo de investigación determinó que el ejército fracasó en su misión de proteger a los residentes del kibutz Be´eri", decía el informe. "La valentía de los residentes de Be´eri y de los miembros del equipo civil de respuesta rápida del kibutz es encomiable y fue crucial para estabilizar la línea defensiva durante las primeras horas de combate".