CIUDAD DE PANAMÁ (AP) — José Raúl Mulino aseguraba que estaba prácticamente retirado de la política hace poco más de seis meses. Ahora es el presidente de Panamá por los próximos cinco años.
"Veía el escenario sin mí", dijo a la prensa local en abril pasado en medio de la campaña electoral.
Pero de un momento a otro este abogado de 64 años, cuyo último cargo en política fue ser exministro de Seguridad del gobierno de Ricardo Martinelli (2009-2014), emergió como el compañero en la nómina presidencial del popular exmandatario por los partidos Realizando Metas y Alianza.
La esposa de Martinelli había declinado ir como vicepresidenta y el nombre que surgió para la papeleta fue el de Mulino. Lo llamaron y aceptó.
Después, con la inhabilitación política a Martinelli tras confirmarse una condena de más de 10 años de prisión en su contra por blanqueo de capitales, Mulino se convirtió en su delfín y tomó su lugar en la boleta con la autorización del Tribunal Electoral, una medida contra la que se interpuso una demanda de inconstitucionalidad que no prosperó.
El domingo, Mulino se alzó con el 34,42% de los votos con el respaldo decisivo de Martinelli, sacándole casi 10 puntos de ventaja a su rival más próximo Ricardo Lombana, del Movimiento Otro Camino que obtuvo 24,97%.
"Mulino tendría mandato popular", dijo a The Asociated Press Ragnhild Melzi, vicepresidenta de Programas Públicos y Relaciones Corporativas de Americas Society/Council of the Americas en Nueva York. "Tiene experiencia, aunque no sabemos quién estaría en su gabinete. La pregunta es si le daría indulto a Ricardo Martinelli".
"Al 34% de los electores no les importa (la condena de Martinelli por corrupción), porque sentían que estaban mejor en épocas anteriores del expresidente que representa Mulino", agregó.
El exmandatario, que está refugiado en la embajada de Nicaragua desde febrero tras recibir asilo político, ha dicho que conoce a Mulino desde hace 30 años y que la confianza que se tienen no comenzó en esta campaña.
"Mulino parece un poco duro, pero es un buen tipo, serio, y es el único preparado para asumir este gran reto y sabe cómo funciona la economía para levantar el país", dijo Martinelli en un vídeo de apoyo que se difundió a los partidarios en el cierre de campaña de Mulino.
Abogado en derecho marítimo por la universidad de Tulane en Nueva Orleans, Mulino se dio a conocer como dirigente de la empresa privada que tomó parte en un movimiento civil contra la dictadura del general Manuel Antonio Noriega, expulsado por la invasión de Estados Unidos el 20 de diciembre de 1989.
Fue viceministro de Relaciones Exteriores en la administración del presidente Guillermo Endara (1989-1994) que asumió tras tras la caída de Noriega y el fin del régimen militar panameño. Pero tras el fallecimiento del titular Julio Linares, Mulino quedó al frente de la política internacional del país en el último tramo de ese gobierno.
Siguió activo en la política y más de una década después respaldó a Martinelli en la elección que el magnate de los supermercados ganó en 2009. A Mulino se lo designó ministro de Gobierno y Justicia y luego tomó las riendas de la naciente cartera de Seguridad Pública.
El ahora elegido presidente de Panamá pregona que uno de los logros de su gestión de seguridad fue "recuperar" la provincia del Darién, en la frontera con Colombia, que "estaba en manos de la narcoguerrilla" del vecino país.
En su gobierno, promete frenar la migración irregular por la jungla del Darién, por donde cruzaron el año pasado más de medio millón de personas.
"Haré el esfuerzo para terminar con esa crisis migratoria en nuestro territorio con respeto a los derechos humanos y con sincera participación internacional", señaló en la clausura de su campaña la semana pasada.
Como ministro de Seguridad también fue blanco de duras críticas y denuncias por la represión policial de una protesta de bananeros indígenas en las norteñas provincias de Bocas del Toro y Chiriquí en 2010 que dejó dos muertos y más de 100 lesionados por disparos de perdigones, entre ellos con lesiones oculares.
"Él fue bastante severo en el control de las protestas sociales", afirmó a The Associated Press el analista político panameño Rodrigo Noriega. "Hay muchas incógnitas respecto a él".
A falta de tener el carisma de Martinelli, Mulino se ha visto beneficiado, según los analistas, por la popularidad del exmandatario de 72 años, en cuya administración se dio un fuerte crecimiento económico en el país impulsado por la construcción de grandes obras como la expansión del canal y la primera línea del metro.