CHARLOTTE, Carolina del Norte, EE.UU. (AP) — En una jornada en que la demócrata Kamala Harris y el republicano Donald Trump llevaron a cabo actos de campaña en estados sin clara preferencia política, la vicepresidenta estadounidense trató de destacar el apoyo que ha recibido de algunos republicanos y enfatizar su defensa del derecho al aborto y el acceso a los servicios de salud.
El discurso de Harris del jueves en Carolina del Norte es un fiel reflejo de sus intentos por lanzar una enorme red contra Trump en lo que ambas campañas consideran una reñida contienda cuando faltan menos de dos meses para los comicios.
"Demócratas, republicanos e independientes están respaldando nuestra campaña", les dijo Harris a sus simpatizantes en Charlotte, y destacó el apoyo del exvicepresidente republicano Dick Cheney y su hija, la exrepresentante Liz Cheney, quienes han dicho que Trump es una amenaza sustancial para los valores y la democracia de Estados Unidos.
Harris dijo que los Cheney y otros republicanos con la misma forma de pensar reconocen la necesidad de "poner al país por encima de cualquier partido y defender nuestra Constitución".
En un intento por sacar provecho de su desempeño en el debate del martes, la vicepresidenta viajaría la noche del jueves a Greensboro, Carolina del Norte.
Trump se dirigió a Tucson, Arizona, mientras busca estabilizar su campaña, la cual sigue atravesando problemas para reajustarse casi dos meses después de que Harris tomó el lugar del presidente Joe Biden en la boleta demócrata.
Tras el debate, ambos candidatos deben transitar un estrecho camino hacia los 270 votos del Colegio Electoral, y sus campañas se han centrado en siete estados sin clara preferencia política: Arizona, Georgia, Michigan, Carolina del Norte, Nevada, Pensilvania y Wisconsin.
La agenda de Harris del jueves la llevó a un estado en el que Trump ha ganado en dos ocasiones, pero su margen de 1,3 puntos porcentuales en 2020 significó su triunfo estatal más apretado. Arizona, en tanto, fue una de las derrotas más estrechas para Trump hace cuatro años. El republicano ganó ese estado en 2016.
Harris ya ha aprovechado momentos clave del debate para promoverlos en nuevos anuncios en televisión y medios digitales, y promete viajar por todos los estados que no tienen una preferencia partidista clara. Su equipo de campaña salió del debate fascinado con la capacidad de la vicepresidenta para poner a Trump a la defensiva y propuso un segundo enfrentamiento. El expresidente rechazó el jueves la idea a través de una publicación en su cuenta de su red social Truth Social.
"¡No habrá un tercer debate!", escribió en mayúsculas, incluyendo en su conteo el debate que sostuvo con Biden en junio pasado.
La postura de Harris en Charlotte trazó el que quizás sea su camino más claro a la victoria: entusiasmar y organizar a una base diversa de demócratas, en particular a las generaciones de votantes más jóvenes no caucásicos y mujeres, al tiempo que persuade a republicanos moderados a los que no les simpatiza Trump de que deberían sentirse cómodos con ella en la presidencia, sin importar ciertos desacuerdos políticos. Esa fue la misma fórmula que Biden empleó hace cuatro años, llevándose el triunfo en estados que tradicionalmente tienen preferencias republicanas como Arizona y Georgia y cerrando la brecha en Carolina del Norte.
Pero concretar esa coalición requiere de un equilibrio muy delicado.
Si bien la vicepresidenta destacó el apoyo de algunos republicanos, también defendió a capa y espada la Ley de Cuidado de Salud Asequible, conocida como "Obamacare", aprobada en 2010 a pesar de la oposición casi unánime de los republicanos. Se burló de Trump, quien ha pasado años prometiendo anular la medida, pero que en el debate del martes admitió que aún no tiene un plan específico para reemplazarla.
"Él dijo: ´nociones de un plan´", declaró Harris. "Nociones. Nociones. Ningún plan real. Nociones... Cuarenta y cinco millones de estadounidenses están asegurados a través de la Ley de Cuidado de Salud Asequible. Y él va a ponerle fin con base en una noción".