YAKARTA, Indonesia (AP) — Rebeldes separatistas en la agitada región de Papúa en Indonesia liberaron el sábado a un piloto neozelandés al que mantuvieron como rehén durante más de un año.
Phillip Mark Mehrtens, un piloto de 38 años de Christchurch, trabajaba para la compañía de aviación indonesia Susi Air cuando fue secuestrado por rebeldes en un aeropuerto remoto el 7 de febrero de 2023.
"Hoy finalmente salí. Estoy muy feliz de volver pronto a casa con mi familia", dijo Mehrtens a los periodistas en una conferencia de prensa en la ciudad minera de Timika. "Gracias a todos los que me ayudaron a salir sano y salvo".
Las noticias de televisión mostraron anteriormente a Mehrtens, demacrado, de pelo largo, vistiendo una camisa verde oscuro y pantalones cortos negros, sentado en una habitación rodeado de policías y funcionarios locales. Sollozó mientras se encontraba en una videollamada con su familia y un agente intentó calmarlo dándole palmadas en la espalda. Posteriormente lo trasladaron en avión a Yakarta para reunirse con su familia.
Los rebeldes han utilizado la violencia para tratar de lograr su independencia ante el deterioro de la situación de seguridad en Papúa, la región más oriental de Indonesia, una antigua colonia holandesa en la parte occidental de Nueva Guinea que tiene una enorme diferencia cultural y étnica al resto de Indonesia.
Papúa se incorporó a Indonesia en 1969 mediante una votación patrocinada por Naciones Unidas que fue ampliamente vista como una farsa. Desde entonces, se ha gestado una insurgencia de bajo nivel. El conflicto se disparó el año pasado, con docenas de rebeldes, fuerzas de seguridad y civiles asesinados.
Egianus Kogoya, un comandante regional del Movimiento Papúa Libre, dijo inicialmente que los rebeldes no liberarían a Mehrtens a menos que el gobierno de Indonesia permitiera que Papúa se convirtiera en un país soberano.
Luego, el martes, líderes del Ejército de Liberación de Papúa Occidental, el brazo armado del Movimiento Papúa Libre conocido como TPNPB, emitieron una propuesta para liberar a Mehrtens que detallaba términos que incluían la participación de los medios de comunicación en su liberación.
Un vocero del equipo, Bayu Suseno, dijo que la liberación de Mehrtens fue resultado del arduo trabajo de un pequeño equipo del grupo que se había estado comunicando con los separatistas liderados por Kogoya a través de la iglesia local y líderes comunitarios, así como figuras juveniles.
"Estas son noticias increíblemente buenas", afirmó Suseno. "Los esfuerzos para liberar al piloto mediante un enfoque pasivo dieron como resultado una liberación sin víctimas ni de las fuerzas de seguridad, ni civiles y ni el propio piloto".
El ministro de Relaciones Exteriores de Nueva Zelanda, Winston Peters, indicó que una amplia gama de agencias gubernamentales habían estado trabajando con las autoridades indonesias, entre otras, para garantizar la liberación durante los últimos 19 meses y medio. Las autoridades también brindaron apoyo a la familia de Mehrtens, resaltó Peters.
Muchos medios noticiosos mostraron "cooperación y moderación" al cubrir la noticia, agregó. "El caso ha afectado mucho a la familia Mehrtens, la cual ha pedido privacidad", dijo Peters.
Los medios de comunicación neozelandeses reportaron durante el cautiverio de Mehrtens que él era uno de los pilotos expatriados empleados por Susi Air y que en los últimos años vivió en Bali con su familia.
Peters no había hablado con Mehrtens desde su liberación. La noticia fue "una de las mejores" que había recibido en sus 45 años como legislador, añadió el tres veces ministro de Relaciones Exteriores.
Se negó a dar detalles sobre la liberación del piloto. Fue un entorno "complicado" y generar confianza había sido el aspecto más difícil, destacó Peters.
"Fue bastante angustioso mantener la calma y no dejarse llevar demasiado, no hacer nada que pudiera poner en peligro las posibilidades" de lograr la liberación del piloto, dijo Peters. "Porque siempre tuvimos la preocupación de no lograrlo".
El presidente de Indonesia, Joko Widodo, felicitó a los militares y a la policía por priorizar la persuasión y la seguridad.