DUBÁI, Emiratos Árabes Unidos (AP) — El líder de Emiratos Árabes Unidos se reunió el martes con un funcionario del gobierno del Talibán afgano por quien Estados Unidos ofrece una recompensa de 10 millones de dólares debido a su implicación en un ataque en el que murió un ciudadano estadounidense, entre otros atentados.
La reunión pone de manifiesto la creciente división internacional sobre cómo tratar al Talibán, que se hizo con el control de Afganistán en 2021 y, desde entonces, ha prohibido que las niñas reciban educación secundaria y han limitado el papel de la mujer en la vida pública. Aunque Occidente no reconoce al Talibán como el gobierno de Kabul, algunos países de Oriente Medio y otros lugares sí les han tendido una mano.
El jeque Mohammed bin Zayed Al Nahyan, gobernante de Abu Dabi, se reunió con Sirajuddin Haqqani en el palacio Qasr Al Shati de la capital emiratí, según reportó la agencia noticiosa estatal WAM. Además, publicó una imagen en la que el jeque Mohammed estrecha la mano de Haqqani, ministro del Interior del Talibán y responsable de la red Haqqani, una poderosa red dentro del grupo a la que se le atribuyen algunos de los ataques más sangrientos contra el anterior gobierno afgano, que contaba con el respaldo de Occidente.
"Las dos partes discutieron el fortalecimiento de los lazos de cooperación entre los dos países y formas de mejorar sus vínculos para servir a los intereses mutuos y contribuir a la estabilidad regional", apuntó WAM. "Las conversaciones se centraron en los ámbitos económico y de desarrollo, además de en el respaldo a la reconstrucción y el desarrollo de Afganistán".
Por su parte, el Talibán indicó que los dos líderes abordaron "cuestiones de interés mutuo", sin ofrecer más detalles, pero apuntó que el jefe de espionaje del grupo, Abdul Haq Wasiq, también participó en el encuentro. Wasiq estuvo detenido durante años en la prisión militar estadounidense en Guantánamo, en Cuba, y fue liberado en 2014 en un canje por el sargento Bowe Bergdahl, capturado tras abandonar su puesto en 2009.
Haqqani, que se cree que ronda los 50 años, ha estado en el radar de Estados Unidos incluso después de la toma del poder por parte de los talibanes. En 2022, un dron estadounidense mató en Kabul al líder de Al Aqeda, Ayman al-Zawahri, que llevaba años llamando a atentar contra el país tras tomar el relevo de Osama bin Laden. La casa en la que fue asesinado al-Zawahri pertenecía a Haqqani, según funcionarios estadounidenses.
Auqnue el Talibán alegó que el ataque violaba los términos del Acuerdo de Doha de 2020 que puso en marcha la retirada de las tropas de Washington de Afganistán, el pacto también incluía la promesa del grupo de no dar cobijo a miembros de Al Aqeda o de otros grupos que pretendan atacar a Estados Unidos.