LONDRES (AP) — Durante sus 49 días como la primera ministra británica de menor duración en el cargo, Liz Truss provocó caos en los mercados financieros y una revuelta al interior del Partido Conservador.
Ahora, Truss levanta la voz con un mensaje fuerte y claro: Yo no fui.
En entrevistas y en un nuevo libro, Truss defiende a pie firme su historial en materia económica, y culpa de su salida al "Estado profundo", a los "tecnócratas", "el establishment", a los servidores públicos y al Banco de Inglaterra.
"No digo que sea perfecta", declaró a la BBC. Pero, agregó, "con toda franqueza, no voy a dejar que salgan libres de culpa".
Tradicionalmente, los ex primeros ministros británicos se mantienen en silencio durante mucho tiempo después de dejar el cargo. No es el caso de Truss. En su libro "Ten Years to Save the West" ("Diez años para salvar a Occidente" —el cual salió a la venta el martes—, Truss defiende sus acciones, fustiga a su gran cantidad de críticos y ofrece una receta para un mundo mejor.
Entre sus ideas se incluye desaparecer a la Organización de las Naciones Unidas y respaldar a Donald Trump en su campaña rumbo a la Casa Blanca, dejando de lado la tradición de los políticos británicos de alto rango de mantenerse apartados de las elecciones de Estados Unidos.
"Pienso que necesitamos que Estados Unidos esté fuerte", dijo Truss a la BBC, y afirmó que "el mundo era más seguro" cuando Trump era presidente.
"Creo que nuestros adversarios temían más a la presidencia de Trump de lo que le temen a los demócratas" en la Casa Blanca, indicó.
Tim Bale, profesor de política en la Universidad Queen Mary de Londres, dijo que la arremetida mediática de Truss "confirma su transformación en una populista radical de derecha".
Truss se convirtió en premier en septiembre de 2022, cuando fue elegida por el Partido Conservador para reemplazar a Boris Johnson, quien se vio obligado a dejar el cargo en medio de escándalos.
Su promesa de impulsar el crecimiento económico mediante recortes de impuestos y menos regulaciones fue motivo de optimismo entre los conservadores, pero un presupuesto con 45 mil millones de libras (54 mil millones de dólares) en recortes fiscales injustificados estremeció a los mercados financieros, disparó el costo del endeudamiento gubernamental y llevó a la libra al nivel más bajo de su historia frente al dólar.
El Banco de Inglaterra tuvo que intervenir para reforzar el mercado bursátil y evitar una mayor debacle económica. Millones de personas aún deben pagar hipotecas más elevadas debido a las tasas de interés.
En octubre de 2022, Truss dimitió y fue sustituida por Rishi Sunak, el rival al que había derrotado apenas un par de meses antes.
Truss ha encontrado muchos otros culpables. Dijo que el banco central había mantenido las tasas de interés demasiado bajas, mientras que la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria —que proporciona al gobierno las previsiones económicas— no le había advertido de que los fondos de pensiones británicos estaban muy expuestos a las fluctuaciones de las tasas de interés.