JENIN, Cisjordania (AP) — Miles de familias palestinas en la Cisjordania ocupada y la Franja de Gaza pasan el día sin saber cuándo volverán a comer, ahora que el Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha suspendido la ayuda a 200,000 personas, el 60% de los beneficiarios.
La agencia de la ONU ha aplicado recortes en todo el mundo, desde el Yemen desgarrado por la guerra hasta África occidental, que padece su peor hambruna en años.
El director ejecutivo del PMA, Carl Skau, anunció la semana pasada que la agencia recaudó apenas 5,000 millones de dólares de los 20.000 millones que necesita para operar plenamente, lo que le obliga a suspender la ayuda a 38 de los 86 países donde está presente.
Esto es particularmente inoportuno para los palestinos de Cisjordania, que está presenciando un auge de violencia como no había visto en dos décadas.
Las viviendas en Jenin tienen puertas y ventanas rotas, producto de la reciente incursión militar israelí, en la cual murieron 12 palestinos y un soldado. Israel argumenta que sus incursiones buscan prevenir futuros ataques.
"La inseguridad alimentaria es un síntoma de algo mayor", dijo Samer Abdeljaber, director del PMA para los territorios palestinos. "Los conflictos, la falta de acceso y las restricciones a la movilidad y las barreras a la vida cotidiana han provocado un desempleo galopante y pobreza".
El PMA afirmó que ha suspendido la ayuda a los que podían obtener ingresos adicionales o ayuda de otras fuentes, como la transferencia de dinero de la Autoridad Palestina a las familias pobres.
Sólo los más vulnerables, 150.000 personas en Cisjordania y Gaza, siguen recibiendo ayuda del PMA, pero la agencia advirtió que la reducirá si los donantes no aportan más fondos para noviembre. En tanto, más de un millón de refugiados palestinos reciben otro tipo de ayuda de una agencia de la ONU para los refugiados y sus descendientes.