Lahaina, Hawái.- La cifra de muertes en la isla hawaiana de Maui subió a 67, luego de que las autoridades confirmaron otros 12 fallecimientos a consecuencia de un incendio masivo que convirtió amplias franjas de una ciudad centenaria en un paisaje infernal de escombros cenicientos.
El condado de Maui indicó en un comunicado publicado en internet que los bomberos continúan combatiendo el fuego, el cual aún no está controlado. Mientras tanto, a los habitantes de Lahaina se les permitió regresar a sus viviendas por primera vez para evaluar los daños.
Periodistas de The Associated Press fueron testigos de la devastación, en la que casi todas las construcciones quedaron reducidas a escombros en Front Street, el corazón de la comunidad de Maui y el centro económico de la isla. Los gallos, conocidos por deambular por las calles de Hawái, serpenteaban entre las cenizas de lo que quedaba, incluido un embotellamiento escalofriante de los restos carbonizados de decenas de autos que no lograron salir del infierno en su ciudad.
Autos incinerados aplastados por postes telefónicos caídos. Huecos carbonizados de ascensores que se alzan como testimonios de los edificios de apartamentos incendiados a los que alguna vez prestaron sus servicios. Piscinas llenas de agua de color carbón. Trampolines y patinetes infantiles desfigurados por el calor extremo, el panorama.
Los incendios forestales son el desastre natural más mortífero en el estado en décadas, superando un tsunami que mató a 61 personas en 1960.
Un maremoto aún más mortal, que dejó más de 150 muertos en la isla de Hawái —la llamada Isla Grande— en 1946, impulsó el desarrollo de un sistema de emergencia en todo el territorio que incluye sirenas que se hacen sonar cada mes para comprobar que funcionen correctamente.
Pero muchos sobrevivientes del fuego dijeron en entrevistas que no escucharon ninguna sirena ni recibieron algún aviso que les diera tiempo suficiente para prepararse, y sólo se dieron cuenta de que estaban en peligro cuando vieron llamas o escucharon explosiones cerca.
“No hubo ninguna advertencia. No hubo absolutamente ninguna. Nadie vino. No vimos un camión de bomberos ni a nadie”, refirió Lynn Robinson, quien perdió su casa en el incendio.
Impulsados por un verano seco y los fuertes vientos de un huracán que pasaba, al menos tres incendios forestales se desataron en Maui esta semana, avanzando rápidamente a través de la maleza reseca que cubre la isla.