Redacción internacional.- Dieciséis países han congelado sus aportaciones a la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), mientras que otros se muestran cautelosos a la espera de que se aclaren las denuncias de que una docena de sus trabajadores colaboran con Hamás y participaron en los ataques del 7 de octubre contra población civil israelí, lo que desató una guerra que dura ya más de tres meses.
Entre los que han suspendido las ayudas figuran Estados Unidos, el primero en dar este paso el viernes y al que siguieron Canadá, Reino Unido, Australia, Finlandia, Países Bajos, Austria, Alemania, Italia, Francia, Suiza, Rumanía y Japón, así como los tres países bálticos.
Por su parte, la Comisión Europea (CE) afirmó este lunes que tomará las próximas decisiones a la luz de la investigación iniciada sobre este caso por Naciones Unidas.
De los demás grandes donantes -con aportes por encima de los 10 millones de dólares por año- solo España, Noruega, Suecia, Dinamarca y Bélgica mantienen sus partidas, igual que Arabia Saudí, Catar y Kuwait, que no adoptarán medidas por el momento, si bien continuarán atentos al resultado de las pesquisas abiertas.
Asimismo, un documento de inteligencia señala que por lo menos 190 empleados de UNRWA eran agentes de Hamás o de la Yihad Islámica, aunque no presenta evidencias.
Por su parte, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ha pedido a la comunidad internacional que no suspenda su apoyo a la agencia, ya que “los presuntos actos horrendos de esos empleados deben tener consecuencias”, pero también hay “decenas de miles de personas”, unas 30.000, que trabajan para ella y que no deben ser penalizadas.