TANAH DATAR, Indonesia (AP) — Las autoridades de Indonesia sembraron nubes el miércoles en un intento por evitar nuevas lluvias e inundaciones repentinas tras los aguaceros que azotaron la isla de Sumatra durante el fin de semana y dejaron al menos 58 muertos y otros 35 desaparecidos.
Las lluvias monzónicas y un deslave de lodo y lava fría del monte Marapi hicieron que los ríos desbordasen. El torrente arrasó localidades de montaña en cuatro distritos de la provincia de Sumatra Occidental podo antes de la medianoche del sábado.
Las crecidas arrastraron a residentes y 79 viviendas y sumergieron decenas de casas y edificios más, obligando a más de 1.500 familias a huir a albergues temporales habilitados por el gobierno, dijo Abdul Muhari, portavoz de la Agencia Nacional de Manejo de Desastres.
Hasta el miércoles se habían recuperado 58 cadáveres del barro y los ríos, la mayoría en los distritos de Agam y Tanah Datar, los más afectados, mientras que los rescatistas seguían buscando a 35 personas que estarían desaparecidas, apuntó el vocero. Unos 33 residentes resultaron heridos.
El director de la Agencia de Meteorología, Climatología y Geofísica, Dwikorita Karnawati, indicó que se esperaban más aguaceros para la provincia de Sumatra Occidental en los próximos días. El peligro de lluvias extremas continuará hasta la próxima semana, añadió.
Según Karnawati, un avión de la Fuerza Aérea disparó el miércoles ráfagas de sal a las nubes para internar que liberen agua y se disipen antes de llegar a las devastadas zonas de Agam, Tanah Datar, Padang Panjang y Padang Pariaman, además de a la ciudad de Padang, la capital provincial.
Este método, llamado siembra de nubes, es una forma de manipulación del clima ya que crea precipitaciones.
Las fuerzas aéreas colaboraron con la agencia tecnológica nacional para llevar a cabo tres rondas del proceso, dijo Karnawati, que apuntó que habría más según fuesen necesarias. Para la acción del miércoles se prepararon alrededor de 15 toneladas de sal.
La agencia tecnológica, conocida como BPPT, explicó en un comunicado que todas las nubes de lluvia que se dirijan a los cuatro distritos de Sumatra Occidental serán rociadas con cloruro de sodio, o sal.
El operativo de búsqueda continuaba el miércoles y decenas de rescatistas peinaban los ríos y los escombros de las poblaciones arrasadas, donde las carreteras se convirtieron en turbios ríos marrones y las aldeas quedaron cubiertas de un lodo espeso, rocas y árboles arrancados.
Las intensas precipitaciones suelen causar deslaves e inundaciones repentinas en Indonesia, un país con más de 17.000 islas donde millones de personas viven en zonas montañosas o cerca de llanuras aluviales.
El Marapi está activo desde una erupción a finales del año pasado que se cobró la vida de 23 escaladores. Es uno de los más de 120 volcanes activos en un país propenso a la actividad sísmica debido a su ubicación en el Cinturón de Fuego, un arco de volcanes y fallas que rodean la cuenca del Pacífico.