La Alcaldía de Nueva York presentó este viernes las nuevas terrazas callejeras que los restaurantes podrán utilizar para sacar sus negocios al exterior, una moda que comenzó comenzó durante la pandemia de la covid y continuó de forma anárquica y casi sin reglas hasta ahora.
El comisionado del Departamento de Transporte (DOT en inglés), Ydanis Rodríguez, -que supervisa la iniciativa 'Dining' Out NYC - presentó los cuatro prototipos de terrazas exteriores de comedores que los restaurantes pueden tener en las aceras o calles.
Los dueños de restaurantes son libres de utilizar cualquier diseño de su agrado siempre y cuando cumpla con las reglas del programa permanente, que incluye mantener espacios para transeúntes en las aceras y para el acceso de vehículos de emergencia, así como elementos de diseño específico para ahuyentar a las ratas, como el uso de barreras llenas de agua.
Estos prototipos de comedores exteriores -que deberá costear el restaurante- fueron diseñados para un fácil desmontaje, transporte y almacenamiento, según el DOT.
De acuerdo con la ciudad, con las nuevas reglas buscan que a los restaurantes les resulte más fácil participar del programa que les permite colocar mesas en el exterior.
Según esas reglas, las instalaciones deben ser construidas de materiales livianos que sean fácilmente movibles, visibles en la calle y que mantengan los espacios necesarios para su uso y accesibilidad óptimos.
Los restaurantes que quieran unirse a la iniciativa deben inscribirse en un portal que fue lanzado en marzo mientras que agosto será la fecha límite para que los restaurantes que estaban inscritos en el programa temporal presenten su solicitud, de acuerdo con el DOT.
Si el comedor se instala en la calle sólo podrán funcionar los viernes de abril a noviembre -cuando algunas calles concretas se cierran en periodos limitados-, pero si es en la acera, se pueden mantener todo el año.
Las terrazas callejeras de los restaurantes fueron objeto de abundantes críticas de los vecinos, que se quejaban de que atraían ratas, además del ruido, congestión vehicular, pérdida de espacio y el descuido de muchas de estas estructuras cuando no existían reglas claras para su instalación. EFE