LONDRES (AP) — Los isleños que se vieron obligados a abandonar su hogar en el océano Índico para dejar paso a una base militar estadounidense hace medio siglo protestaron el lunes ante el Parlamento británico contra un acuerdo que, según ellos, ha decidido el destino de su patria sin tomarlos en cuenta.
El gobierno británico anunció la semana pasada la cesión de las islas Chagos a Mauricio en virtud de un acuerdo por el que la base naval y de bombarderos estadounidense permanecerá en una de las islas, Diego García.
Los opositores acusan al gobierno de ceder la soberanía sobre un territorio británico. Y el acuerdo ha desplazado a los residentes sin saber si podrán volver a casa.
"Anunciaron un acuerdo sin ni siquiera consultarnos, lo que está en el centro de toda esta tragedia", dijo Frankie Bontemps, que calificó el acuerdo entre el Reino Unido y Mauricio de "historia que se repite".
"Tienen un acuerdo que les conviene, lo mejor para ellos, por supuesto. ¿Y qué pasa con la gente? ¿Qué pasa con la gente a la que ignoraron como hace 65 años?"
Las islas Chagos, un archipiélago tropical situado justo al sur del ecuador, frente a la punta de India, han estado bajo control británico desde 1814. Se conocen como Territorio Británico del Océano Índico desde 1965, cuando se separaron de Mauricio, entonces colonia del Reino Unido que se independizó tres años después.
En las décadas de 1960 y 1970, el Reino Unido expulsó de las islas a 2.000 personas para que el ejército estadounidense pudiera construir la base de Diego García, que ha servido de apoyo a operaciones militares estadounidenses desde Vietnam hasta Irak y Afganistán. En 2008, Estados Unidos reconoció que también se había utilizado para vuelos clandestinos de entrega de sospechosos de terrorismo.
Muchos de los isleños se reasentaron en el Reino Unido y lucharon sin éxito en los tribunales británicos para regresar a su país. Su causa ha obtenido apoyo internacional, especialmente entre las naciones africanas y en el seno de Naciones Unidas.