¿Qué hay tras las protestas en Francia por plan de Macron?

  Cientos de miles de personas han llenado las calles de Francia en el 11mo día de resistencia nacional a una propuesta del gobierno francés para elevar la edad de jubilación de 62 a 64 años. La furiosa reacción pública al plan ha dejado al presidente Emmanuel Macron acorralado y debilitado.

El máximo consejo de asuntos constitucionales de Francia examina el proyecto de ley para ver si es constitucional. Emitirá un fallo la próxima semana y los opositores de Macron esperan que el consejo limite severamente su propuesta.

En muchos países, aumentar la edad de jubilación en dos años no llevaría a tal desorden, pero la población francesa está abrumadoramente en contra de la reforma del sistema de pensiones y las implacables protestas en su contra se han transformado en una ira más extensa contra el estilo de gobierno de Macron, el cual es percibido como verticalizado.

¿QUÉ TAN ENOJADA ESTÁ LA POBLACIÓN?

Montículos de hasta 10.000 toneladas de basura se acumularon en las calles de París durante una huelga de una semana de trabajadores sanitarios por un plan que aumentará su edad de jubilación de 57 a 59 años, menos que la edad nacional porque sus trabajos son más difíciles físicamente.

"La gente está enojada", expresa Jerome Villier, un investigador de doctorado de 43 años en París. "Es obvio".

Muchos gobiernos del mundo desarrollado se encuentran en situaciones similares. El crecimiento de la población ha disminuido, las personas viven más tiempo, la medicina es mejor y las prestaciones cuestan más. Los intentos de las democracias de equilibrar los presupuestos recortando las prestaciones, particularmente en países con planes generosos como el de Francia, ponen en riesgo a los gobiernos. Muchos están de acuerdo en que Macron ha cometido algunos errores fundamentales.

LA OPCIÓN NUCLEAR

Por temor a no alcanzar los votos suficientes en el Parlamento para aprobar el proyecto de ley, Macron recurrió a la "opción nuclear" al hacer uso de un artículo especial de la Constitución francesa que permite al gobierno aprobar el proyecto de ley sin someterlo a votación. Eso provocó la indignación en toda Francia que alimentó aún más el descontento, disminuyó su popularidad y galvanizó la imagen que sus críticos tenían de él como un gobernante monárquico.

Macron perdió su mayoría en el Parlamento el año pasado y su gobierno sobrevivió a dos votos de censura el mes pasado —uno por sólo nueve votos— después que enfureció a la nación al forzar la reforma en el Parlamento.

Los expertos afirman que las protestas muestran que Macron fue reelegido por antipatía hacia la contendiente de ultraderecha Marine Le Pen más que por entusiasmo por él. Incluso si las protestas se relajan, el presidente francés seguirá teniendo un daño político y una mancha permanente en su autoridad.

"Estoy preocupado por Francia. Porque la gente realmente odia a Macron —lo odiamos— y apenas empezamos, tenemos cuatro años más", afirma Mohamed Belmoud, un vendedor de seguros de 28 años. "Él siguió siendo vertical. Los franceses necesitan ver un mayor compromiso".

¿QUÉ PASA AHORA?

La ley de pensiones necesita la aprobación del Consejo Constitucional el 14 de abril. El sindicato de recolectores de basura de París convocó a nuevas huelgas el 13 de abril y otros sindicatos se comprometieron a seguir resistiendo hasta que desaparezca la polémica ley. Algunos predicen que el entusiasmo —y los recursos— de la población por las protestas y huelgas disminuirá.

"Mantener una huelga es un asunto costoso, por lo que no es posible hacerlo para siempre", manifiesta Jean-Daniel Levy, subdirector de encuestas de Harris Interactive. Y la disminución del poder adquisitivo es un problema real, que impide a muchos mantener más huelgas, agrega.

Otros dicen que la violencia manifiesta en las protestas a nivel nacional, que han dejado decenas de manifestantes y policías heridos, ha alejado a la gente común.

"Las protestas se han tornado más violentas conforme continúan. Eso significa que muchos en Francia ahora las evitan", afirma Luc Rouban, director de investigación en Ciencias Políticas del Centro Nacional de Investigación Científica.

¿QUÉ TAN IMPORTANTES SON ESTAS PROTESTAS?

El máximo tribunal constitucional de Francia está compuesto por jueces llamados "los sabios" y presidido por el ex primer ministro socialista Laurent Fabius. Si determina que parte o toda la ley viola la Constitución, o el alcance de las intenciones de la ley, el consejo puede anularla. Los "sabios" también emitirán un fallo sobre si los detractores de la ley pueden seguir adelante con sus intentos de obligar a un referendo nacional sobre la reforma de pensiones.

Si bien el consejo debe dictaminar con bases puramente constitucionales, los expertos indican que tiende a tomar en cuenta la opinión pública.

"Las encuestas aún muestran que una abrumadora mayoría de los franceses está en contra de las reformas de las pensiones, por lo que un escenario probable es que el consejo descarte partes del proyecto de ley", explica Dominique Andolfatto, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Borgoña.

"Hay un cierto odio en el aire que rara vez hemos visto contra un mandatario francés", añade. "Este es un territorio desconocido".