BEIRUT, Líbano (AP) — La impresionante marcha de los insurgentes a través de Siria se intensificó el sábado con las noticias de que habían llegado a las puertas de la capital y que las fuerzas del gobierno se habían retirado de la ciudad de Homs, en el centro del país. El gobierno se vio obligado a negar los rumores de que el presidente, Bashar Assad, había huido del país.
La pérdida de Homs es un golpe potencialmente devastador para Assad. La ciudad se encuentra en una importante intersección entre la capital, Damasco, y las provincias costeras de Latakia y Tartus — la base de apoyo al mandatario sirio y sede de una estratégica base naval rusa.
El medio noticioso progubernamental Sham FM informó que las fuerzas del gobierno tomaron posiciones fuera de la tercera ciudad más grande de Siria, sin dar más detalles. Rami Abdurrahman, quien dirige el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Reino Unido, dijo que las fuerzas sirias y miembros de diferentes agencias de seguridad se habían retirado de la ciudad, agregando que los rebeldes habían entrado en algunos sectores.
La insurgencia anunció más tarde el sábado que había tomado el control de Homs. La captura de la ciudad es una gran victoria para los rebeldes, que ya habían tomado las ciudades de Alepo y Hama, así como grandes extensiones del sur, en una ofensiva relámpago que comenzó el 27 de noviembre.
Las acciones de los rebeldes alrededor de Damasco, reportadas por un monitor de guerra de la oposición y un comandante rebelde, ocurrieron después de que el ejército sirio se retirara de gran parte del sur del país, dejando más áreas, entre ellas, dos capitales provinciales, bajo el control de los combatientes de la oposición.
Por primera vez en la prolongada guerra civil del país, el gobierno tiene control de apenas tres de las 14 capitales provinciales: Damasco, Latakia y Tartus.
Los avances de la semana anterior se encuentran entre los más grandes que han realizado en años recientes las facciones de la oposición, encabezadas por un grupo que tiene sus orígenes en Al Qaeda y es considerado una organización terrorista por Estados Unidos y Naciones Unidas. A medida que avanzaban, los insurgentes, liderados por el grupo Hayat Tahrir al-Sham o HTS, encontraron poca resistencia del ejército sirio.
Los rápidas avances de los rebeldes, junto con la falta de apoyo de los antiguos aliados de Assad, representaron la amenaza más seria para su gobierno desde el inicio de la guerra.
El enviado especial de la ONU para Siria, Geir Pedersen, llamó el sábado a realizar conversaciones urgentes en Ginebra para garantizar una "transición política ordenada". En declaraciones a reporteros en el Foro de Doha, que se realiza cada año en Qatar, dijo que la situación en Siria cambia cada minuto. El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergueí Lavrov, cuyo país es el principal apoyo internacional de Assad, dijo que siente "lástima por el pueblo sirio".
En Damasco, la gente se apresuró para abastecerse de suministros. Miles de personas huyeron a la frontera de Siria con Líbano, tratando de salir del país.
En la capital, muchas tiendas estaban cerradas, dijo un residente a The Associated Press, y las que permanecían abiertas se quedaron sin productos básicos, como el azúcar. Algunas tiendas vendían artículos tres veces más caros de lo normal.
"La situación es muy extraña. No estamos acostumbrados a eso", dijo el residente, insistiendo en el anonimato por temor a represalias.
"A la gente le preocupa si habrá una batalla (en Damasco) o no."
Fue la primera vez que las fuerzas de oposición llegaban a las afueras de Damasco desde 2018, cuando las tropas sirias recapturaron el área tras un asedio de varios años. Naciones Unidas dijo que, como medida preventiva, está retirando a personal no esencial del país.
El estatus de Assad
La prensa estatal de Siria negó los rumores que circulaban en redes sociales de que Assad había salido del país, diciendo que desempeña sus funciones en Damasco.
Contaba con poca o nula ayuda de sus aliados. Rusia está ocupado con su guerra en Ucrania. El poderoso grupo libanés Hezbollah, que en un momento dado envió a miles de combatientes para respaldar a las fuerzas de Assad, ha sido debilitado por un conflicto con Israel, que ya ha durado un año. Mientras tanto, Irán ha visto cómo sus representantes en la región se han debilitado por los continuos ataques aéreos israelíes.
El próximo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, publicó el sábado en redes sociales que Estados Unidos debería evitar involucrarse militarmente en Siria.
Pedersen dijo que más tarde se anunciaría una fecha para las conversaciones en Ginebra sobre la implementación de la Resolución 2254 de la ONU. En la resolución, adoptada en 2015, se hacía un llamado a un proceso político liderado por Siria, comenzando con el establecimiento de un órgano de gobierno de transición, seguido por la redacción de una nueva Constitución y finalmente, con elecciones supervisadas por la ONU.
Más tarde el sábado, ministros de Relaciones Exteriores y diplomáticos de alto nivel de ocho países clave, incluidos Arabia Saudí, Rusia, Egipto, Turquía e Irán, junto con Pederson, se reunieron al margen de la Cumbre de Doha para discutir la situación en Siria.
En un comunicado emitido el sábado por la noche, los participantes afirmaron su apoyo a una solución política a la crisis siria "que llevaría al fin de la actividad militar y protegería a los civiles". También acordaron la importancia de reforzar las labores internacionales para aumentar la ayuda al pueblo sirio.
La marcha de los insurgentes
Rami Abdurrahman, que dirige el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, un monitor de guerra de la oposición con sede en Reino Unido, dijo que los insurgentes estaban en los suburbios de Maadamiyah, Jaramana y Daraya, en Damasco. Los combatientes también avanzaban desde el este de Siria hacia el suburbio de Harasta, en Damasco, agregó.
Hassan Abdul-Ghani, comandante de los insurgentes, publicó en la aplicación de mensajería Telegram que las fuerzas de la oposición habían comenzado la "etapa final" de su ofensiva al rodear Damasco.
El HTS controla gran parte del noroeste de Siria y en 2017 estableció un "gobierno de salvación" para administrar los asuntos cotidianos de la región. En los últimos años, el líder de HTS, Abu Mohammed al-Golani, ha buscado cambiar la imagen del grupo, cortando lazos con Al Qaeda, deshaciéndose de funcionarios de línea dura y prometiendo una política de pluralismo y tolerancia religiosa.
La ofensiva sorpresa comenzó el 27 de noviembre, durante la cual hombres armados capturaron la ciudad norteña de Alepo, la más grande de Siria, y la ciudad central de Hama, la cuarta ciudad más grande del país.
Activistas de la oposición dijeron el sábado que un día antes, los insurgentes entraron en Palmira, que alberga sitios arqueológicos invaluables y había estado en manos del gobierno desde que fue tomada del grupo Estado Islámico en 2017.
Hacia el sur, las fuerzas sirias se retiraron de gran parte de la provincia de Quneitra, dijeron los activistas.
El Observatorio, con sede en Reino Unido, señaló que las tropas sirias se habían retirado de gran parte de las dos provincias en el sur del país.
El ejército sirio explicó el sábado en un comunicado que realizó un repliegue y reposicionamiento en Sweida y Daraa después de que sus puestos de control fueran atacados por "terroristas". Las tropas establecen un "cinturón defensivo y de seguridad fuerte y coherente en la zona", aparentemente para defender Damasco desde el sur.
El gobierno sirio se ha referido a los hombres armados de la oposición como terroristas desde el inicio del conflicto, en marzo de 2011.
Diplomacia en Doha
En Qatar, los ministros de Exteriores de Irán, Rusia y Turquía llamaron a poner fin a las hostilidades. Turquía es un importante apoyo de los rebeldes.
El jefe de la diplomacia qatarí, el jeque Mohammed bin Abdulrahman Al Thani, criticó a Assad por no aprovechar la pausa en los combates de los últimos años para abordar los problemas subyacentes del país. "Assad no aprovechó esta oportunidad para comenzar a involucrarse y restaurar su relación con su pueblo", afirmó.
El jeque Mohammed se mostró sorprendido por la rapidez con la que han avanzado los rebeldes y dijo que existe una amenaza real para la "integridad territorial" de Siria. La guerra podría "dañar y destruir lo que queda si no hay un sentido de urgencia" para iniciar un proceso político, indicó.