Rafah, Franja de Gaza.- Los restos de seis trabajadores de ayuda humanitaria muertos por ataques israelíes en la Franja de Gaza han sido sacados del territorio para su repatriación, informó la prensa estatal egipcia.
Los cadáveres fueron llevados en automóvil y entraron a Egipto por el cruce fronterizo de Rafah, reportó la emisora Qahera TV.
El ataque aéreo ha renovado las críticas contra la conducta israelí en la guerra contra Hamás que comenzó hace seis meses, y ha subrayado las condiciones peligrosas que enfrentan los trabajadores internacionales que tratan de llevar ayuda al asediado territorio, donde según expertos casi una tercera parte de la población está al borde de la inanición.
Los trabajadores trabajaban para World Central Kitchen, una organización caritativa internacional fundada por el chef José Andrés. También murió el chofer palestino, y sus restos fueron entregados a su familia para su sepultura en Gaza.
Los trabajadores estaban distribuyendo comida que había sido enviada a Gaza por medio de un corredor marítimo recién establecido, cuando el lunes en la noche sus tres vehículos fueron alcanzados por ataques aéreos israelíes, matando a todos los ocupantes.
Israel ha reconocido haber lanzado los ataques por error y ha anunciado una investigación al respecto. Muchos aliados de Israel, incluyendo Estados Unidos, condenaron el hecho, y World Central Kitchen y otras agrupaciones han suspendido sus envíos de ayuda a los palestinos debido a la falta de seguridad.
“Las siete personas que murieron en una misión de World Central Kitchen en Gaza el lunes eran lo mejor de la humanidad. No carecen de rostro ni de nombre. No son trabajadores humanitarios genéricos ni daños colaterales en la guerra”, dice el chef español José Andrés, el fundador de la ONG en un artículo de opinión publicado en el diario The New York Times.
Los siete trabajadores humanitarios fallecidos en Gaza son, según la ONG, el palestino Saifeddin Issam Ayad Abutaha, la australiana Lalzawmi Frankcom, el polaco Damian Soból, el canadiense-estadounidense Jacob Flickinger y los británicos John Chapman, James Henderson y James Kirby , “que lo arriesgaron todo por la actividad más fundamentalmente humana: compartir nuestra comida con los demás”.