KINSHASA, Congo (AP) — El presidente de República Democrática del Congo, Felix Tshisekedi, nombró el lunes a su primera ministra, la primera mujer que ocupa el cargo, lo que cumplía una promesa de campaña y daba un importante paso hacia la formación de un nuevo gobierno tras su reelección a finales del año pasado.
La exministra de Planificación Judith Suminwa Tuluka asumió el puesto en un momento de creciente violencia en la zona oriental del país, rica en minerales y que limita con Ruanda. El prolongado conflicto ha desplazado a más de 7 millones de personas, según Naciones Unidas, lo que la convierte en una de las peores crisis humanitarias del mundo.
En su primer discurso en la televisora estatal desde su nombramiento, Tuluka prometió trabajar por la paz y el desarrollo. Aun así, podrían pasar meses antes de que se forme un nuevo gobierno porque el proceso requiere intensas negociaciones con numerosos partidos políticos.
"Mis pensamientos están en el este y en todos los rincones del país, que hoy enfrentan conflictos con enemigos en ocasiones ocultos", dijo, en referencia a un conflicto que implica a muchos grupos armados, incluidos algunos que se cree están respaldados por el ejército de Ruanda. "Pienso en todas estas personas, y mi corazón está con ellas".
Lejos de la capital del país, Kinshasa, el este de República Democrática del Congo se ha visto sobrepasado por más de 120 grupos armados que buscan una parte del oro y otros recursos y cometen asesinatos masivos.
Se ha pedido a las fuerzas de paz regionales y de Naciones Unidas que abandonen el país después de que el gobierno las acusara de no resolver el conflicto. La violencia no ha hecho más que crecer conforme las fuerzas internacionales se retiran y las autoridades congoleñas asumen sus posiciones.
Bintou Keita, principal enviado de la ONU a Congo, dijo la semana pasada al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que el destacado grupo rebelde conocido como M23 había ganado un terreno significativo en el este, lo que contribuía al incremento de la violencia y del número de desplazados.
Tshisekedi, reelegido en diciembre para un segundo mandato de cinco años, ha culpado a la vecina Ruanda de prestar apoyo militar a los rebeldes. Ruanda rechaza la acusación, pero expertos de la ONU han dicho que hay pruebas considerables de presencia de sus fuerzas en territorio congoleño.
Estados Unidos instó el mes pasado a República Democrática del Congo y Ruanda a dar un paso atrás y evitar una guerra.
El Departamento de Estado de Estados Unidos también dijo que Ruanda debía retirar tropas y sistemas de misiles antiaéreos del este de Congo, y criticó a M23, al que describió como grupo armado "con apoyo ruandés".
El Ministerio ruandés de Exteriores dijo el mes pasado que las tropas del país defienden el territorio de Ruanda ante una "drástica acumulación de tropas" de Kinshasa cerca de la frontera.