VERÓN, República Dominicana (AP) — Mientras la vecina Haití se ve azotada por una creciente violencia y una crisis política, la República Dominicana celebrará unas elecciones el domingo que han sido definidas por los llamados a más medidas enérgicas contra los migrantes y a terminar un muro fronterizo entre ambas naciones caribeñas.
La política en las dos naciones que comparten la isla de La Española ha estado entrelazada desde hace tiempo. La espiral de caos de Haití en los últimos años ha coincidido con duras medidas por parte de su vecino dominicano.
El presidente Luis Abinader, claro favorito en la contienda electoral mientras busca su reelección, ha comenzado a construir un muro fronterizo al estilo del expresidente estadounidense Donald Trump a lo largo de la frontera con Haití y llevó a cabo deportaciones masivas de 175.000 haitianos tan sólo el año pasado. Los dominicanos también elegirán a los miembros del Congreso.
"Seguiremos deportando a todo el que esté ilegal de cualquier país porque una sociedad que no la haga sería un caos y una anarquía", dijo Abinader en un debate en abril.
Abinader, que también se ha comprometido a fortalecer la economía del país, dijo que terminaría la construcción del muro fronterizo con Haití. Sus competidores más cercanos — el expresidente Leonel Fernández y el alcalde de Santiago, Abel Martínez — han repetido sus llamados a intensificar las acciones contra la migración.
Las medidas en materia de migración han representado una intensificación de las añejas políticas del gobierno dominicano que grupos defensores de derechos humanos han criticado debido a que las consideran discriminatorias y que ponen en riesgo a personas vulnerables.
Fernández, del partido político Fuerza del Pueblo, dijo que "el pueblo dominicano tiene miedo hasta de salir a la calle" a pesar de las políticas de Abinader. También prometió que, en caso de ganar, continuará con las medidas migratorias al tiempo que respetará los derechos humanos.
Los votantes dominicanos parecen estar recompensando a Abinader por las medidas migratorias, y el actual mandatario es el favorito para obtener más del 50% de los votos necesarios para ganar en la primera ronda de las elecciones. Si ningún candidato alcanza el 50%, se realizaría una segunda vuelta entre los candidatos más votados.
Ana Pagán, una supervisora de 34 años de edad de una empresa de comunicaciones en la capital del país, Santo Domingo, dijo que aprobaba la construcción del muro fronterizo y las medidas tomadas por el gobierno.
"Ningún extranjero que quiera permanecer aquí en la República Dominicana puede estar ilegal y eso es lo que se ha dicho (el gobierno)", expresó.
Sin embargo, Pagán dijo que el muro no resuelve todos los problemas del país y mencionó otros temas electorales clave para los dominicanos: El crimen y la corrupción endémica. Pagán señaló que muchos de los problemas de seguridad del país provienen de funcionarios corruptos que permiten el contrabando y otros delitos.
Mientras que los votantes dominicanos quieren que continúen las medidas del gobierno contra los migrantes, muchos de los cientos de miles de haitianos en la República Dominicana viven con miedo.
Haití, que desde hace décadas vive en crisis, ha estado en una espiral descendente desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021. Las pandillas han luchado por el poder, inyectando terror y caos en la vida de muchos en la nación caribeña.
En las últimas semanas, tras la renuncia del primer ministro, un consejo de transición encargado de elegir a los nuevos dirigentes de Haití ha ofrecido una pequeña dosis de esperanza para aliviar algunos de los muchos problemas del país.
La continua violencia ha obligado a muchos a huir de sus hogares y buscar refugio en sitios como la República Dominicana y Estados Unidos. Las políticas del gobierno dominicano han suscitado preocupaciones tanto entre los migrantes recién llegados como entre los haitianos que desde hace tiempo consideran a la República Dominicana como un hogar.
Yani Rimpel, una empresaria haitiana de 35 años de edad en la ciudad oriental de Verón, ha vivido en el país durante 20 años. Le comentó a la AP que nunca había visto tanta incertidumbre entre las comunidades haitianas, algo que atribuye a la política migratoria de Abinader.
Hace dos semanas, dijo que agentes de inmigración irrumpieron en su casa al amanecer con soldados fuertemente armados. Contó que registraron la casa y robaron dinero que había ahorrado para comprar y vender mercancía, dejándola sin medios para mantenerse.
"Si (Abinader) se queda, yo no puedo vivir aquí, yo voy a tener que mudarme a mi casa (Haití), por aquí yo no tengo ningún valor, ninguna seguridad, no tengo ninguna manera de vivir aquí si el se queda", dijo.