Sin ayuda internacional, Afganistán agota sus reservas de sangre

KABUL, Afganistán (EFE).- "Estoy cansada, llevo tres horas corriendo por todos lados buscando sangre. Si eres del mismo grupo, por favor ayúdanos", suplica Wasima, que como cientos de afganos se han visto afectados por la escasez del Banco Central de Sangre del país asiático debido a la falta de ayuda internacional y un aumento de los pacientes.

Wasima, desesperada por encontrar sangre para su hermano pequeño, explicó a EFE que la institución se había quedado ese día sin reservas del tipo A-.

El principal cuerpo del país asiático para recolectar y distribuir sangre a diario a cientos de pacientes se encuentra prácticamente seco, constató a EFE el director de la institución médica, el doctor Mohammad Nasir Sadiq.

"Tenemos más de 1,200 pacientes registrados, en su mayoría niños con enfermedades de la sangre como la talasemia y la hemofilia, y todos ellos necesitan sangre fresca, lo que en nuestra actual situación es un desafío", lamentó.

El servicio se encuentra sobrecargado de pacientes y las organizaciones internacionales que gestionaban en buena medida el centro han detenido sus actividades en el país, tras la prohibición al trabajo de las afganas en ONG impuesta por los talibanes el pasado diciembre.

"Hasta ahora, la ayuda internacional nos ayudaba con los servicios, como las campañas de autobuses para recolectar sangre fresca, pero esta asistencia se ha detenido", dijo Sadiq, que llamó a no "politizar" la ayuda.

Sin embargo, la decisión de los talibanes de prohibir el trabajo de las mujeres han enfurecido a la comunidad internacional, que parece haber cerrado el grifo de la ayuda.

De acuerdo con la ONU, en lo que va de año el organismo solo ha recibido menos del 5 % de requerimiento de fondos para ayudar al país, lo que convierte a Afganistán en la operación de ayuda con menor financiación a nivel mundial, pese a experimentar la mayor y más severa crisis humanitaria del mundo.

DESCENSO DE DONANTES POR RAMADÁN

A la falta de fondos internacionales se suma el descenso de donantes debido al Ramadán, el mes sagrado musulmán, según el oficial, así como la escasez de medicinas que ponen en riesgo la vida de los pacientes.

"A pesar de que el Gobierno está intentando proporcionar los medicamentos necesarios, faltan medicinas como las vacunas y tabletas que los pacientes de talasemia necesitan tras las transfusiones", explicó a EFE el director del ala especializada en esta enfermedad, Abdul Hameed Zaheer.

La crisis económica a la que se enfrenta Afganistán, agudizada por la llegada de los talibanes al poder en agosto de 2021, hace que muchas familias no puedan costear los tratamientos. Sadiq recordó cómo una persona se vio obligada a vender sus zapatos para llevar a su hijo hasta el hospital.

Abdul Hadi, de 65 años y procedente de la remota provincia nororiental de Ghor, lamentó a EFE que se ha visto obligado a endeudarse para llevar a su hijo, afectado por una enfermedad renal, al hospital de Kabul.

"Incluso pedí prestado dinero para el transporte, ¿cómo puedo comprar las medicinas y la sangre?", se lamentó.

Y eso cuando el banco de sangre dispone de suministros.

"A veces necesito sangre para mi hijo y el hospital no tiene, así que salgo a toda prisa a pedir a la gente que done sangre, pero cuesta mucho dar con alguien del mismo tipo", dijo Hadi.

Mohammad Asif conoce bien la desesperación de la búsqueda a contrarreloj. 

Ahora debe acudir cada mes y medio al banco de sangre para tratar a su hija menor de talasemia, una enfermedad hereditaria que no permite a quienes la padecen producir suficiente hemoglobina, pero su familia ya se encargó durante catorce años de tratar a su hermano menor, aquejado de la misma dolencia y ahora fallecido.

"No creo que esta enfermedad tenga solución, a parte de dar sangre. Le dimos sangre durante 14 años, hasta que murió por varias enfermedades causadas por las transfusiones", dijo.