Sudáfrica aprueba ley contra discurso y crímenes de odio tras 30 años del apartheid

Consecuencias de la normativa anti odio en la sociedad sudafricana

El presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, ha aprobado una ley contra el discurso y los crímenes de odio, informó este jueves la Presidencia sudafricana, treinta años después del fin del sistema segregacionista del apartheid.

La norma "prohíbe los delitos de crímenes de odio y discurso del odio" y permite el enjuiciamiento de quienes los cometan, lo que "hace efectivas las obligaciones de Sudáfrica según la Constitución y los instrumentos internacionales de derechos humanos en materia de racismo, discriminación racial, xenofobia y formas relacionadas de intolerancia", señaló un comunicado.

Hasta ahora, las personas acusadas de racismo eran procesadas en el país por el delito de 'crimen injuria', que hace referencia a la vulneración de la dignidad o la privacidad de una persona.

La nueva ley se hace eco de la Declaración de Derechos recogida en la Sección 9 de la carta magna sudafricana, que prohíbe cualquier discriminación directa o indirecta basada en la raza, el género, el sexo, el origen social y étnico, la religión, la orientación sexual y otras condiciones, destacó la Presidencia.

"La Declaración de Derechos otorga a todos el derecho a la dignidad y otorga a todos el derecho a la libertad y la seguridad de la persona, que incluye el derecho a estar libre de todas las formas de violencia, ya sean de origen público o privado", añadió.

La norma, no obstante, "excluye del ámbito de discurso del odio" aquellas acciones que se hayan llevado a cabo "de buena fe" y en el curso de algún tipo de expresión artística, una investigación académica, información periodística de interés público o la adopción de una creencia o doctrina religiosa "que no promueva el odio ni constituya una incitación a hacer daño".

Asimismo, la ley aprobada por Ramaphosa promueve la formación de la Policía y la Fiscalía sudafricana para garantizar que se juzguen correctamente estos delitos.

Aunque la población negra y mestiza de Sudáfrica ya estaba bajo el dominio colonial de la minoría blanca desde antes, las leyes que configuraron el sistema segregacionista del apartheid comenzaron a regir en 1948, hasta convertir a Sudáfrica en uno de los regímenes más crueles y racistas del mundo.

El desmantelamiento de la segregación racial no comenzó hasta la década de los noventa del siglo pasado y las primeras elecciones democráticas y multirraciales no se produjeron hasta 1994, con la victoria histórica de Nelson Mandela.

En la actualidad, según el Banco Mundial (BM), Sudáfrica es el país más desigual del mundo y las disparidades raciales son la principal causa de desigualdad en los ingresos, si bien el género también es significativo, ya que las mujeres perciben salarios un 38 % inferiores a los hombres. EFE

mm/lbg/ad