KABUL, Afganistá (EFE).- Los talibanes están obligando a miles de miembros de la minoría chií hazara a abandonar sus hogares en el centro de Afganistán, en un nuevo ataque contra esta comunidad que los deja en la indigencia por una disputa sobre la propiedad de las tierras con líderes pastunes, la etnia propia de los islamistas.
"Hemos estado viviendo aquí durante las últimas décadas. Nos obligan a abandonar nuestras casas y no nos dejan llevar nuestras pertenencias (...) Nos dijeron que o nos íbamos o nos mataban", afirmó a Efe Ahmadi, un anciano hazara de la provincia de Daikundi.
Hasta ahora ya han sido desalojadas "unas 720 familias" de esta minoría chií de dos aldeas de las provincias de Uruzgan y Daikundi, en el centro de Afganistán, explicó a Efe Ali Juma Tawhidi, un líder hazara de está última región, donde es predominante la minoría.
Estas personas se han visto obligadas ahora a acampar en tiendas de campaña improvisadas o a hospedarse en casas en ruinas cuando se aproxima ya el duro invierno afgano, agregó Tawhidi.
También se ha ordenado ya a miles de habitantes de al menos ocho aldeas más que abandonen sus casas, de lo contrario, "serán evacuados sin derecho a quejarse", apuntó el anciano Ahmadi.
La mayoría de los habitantes de estas aldeas son campesinos y sus ingresos dependen de las cosechas, que ahora se ven obligados a abandonar tras el aviso de los islamistas.
"Somos pobres, ¿a dónde vamos a ir? Todos dependemos de estos campos de cultivo, ¿qué comeremos y dónde viviremos después de esto?", se pregunta Ahmadi.
EN BUSCA DE RESPUESTAS
Ante esta situación, los hazara piden que el Gobierno actúe de inmediato para evitar más evacuaciones forzosas de esta perseguida minoría en Afganistán.
Hasta ahora, se ha ordenado a los habitantes de diez aldeas a abandonar sus hogares, aunque solo una de ellas ha sido ya completamente evacuada, dijo a Efe el hazara Ali Akbar Jamshidi, representante de la provincia de Daikundi en el Parlamento afgano.
"Los hazara han estado viviendo en estas aldeas durante las últimas cinco décadas y convirtieron los desiertos y las laderas de las montañas en tierras agrícolas", remarcó Jamshidi, que considera injusto que ahora los campesinos tengan que abandonar los campos de cultivo en la región surgidos de la nada.
El representante explicó que varios líderes tribales de la etnia pastún, a la que pertenecen la mayoría de los talibanes, afirman que las tierras donde están ubicadas las aldeas hazara les pertenecen, ya que se las arrebataron durante las últimas décadas.
Jamshidi precisó que "incluso si se disputasen la propiedad de esta tierra, es injusto que estos pobres aldeanos sean evacuados por la fuerza hasta que no se completen los procedimientos judiciales legales y se emita una orden".
"La evacuación forzosa de cientos de familias pobres de una zona donde vivieron durante medio siglo es una acción contra la ley y los reglamentos", añadió.
Por este motivo, los aldeanos piden que el Gobierno envíe una delegación especial para verificar sus documentos de propiedad y, "si después de eso el Tribunal decide que deben irse, lo harán", zanjó el representante.
Los talibanes evitaron hacer por ahora cualquier comentario sobre el asunto.
El pueblo hazara, que vive sobre todo en el centro de Afganistán, ha sido perseguido durante mucho tiempo por los talibanes y el grupo yihadista Estado Islámico (EI), que los considera apóstatas. Este último ha reivindicado durante los últimos años gran parte de los ataques más mortíferos contra esta minoría.
MÁS EVACUACIONES
La evacuación forzosa de los hazara se produce tras la toma de poder del país por parte de los talibanes el pasado 15 de agosto y la retirada de las tropas estadounidenses a finales de ese mes.
Pero esta no es la primera evacuación forzosa reciente en el país: unas 2.000 familias en la provincia sureña de Kandahar se vieron obligadas hace un par de semanas a dejar sus casas para ser ocupadas por miembros de la formación fundamentalista.
Las miles de personas afectadas por las evacuaciones forzosas de los talibanes se suman a otras millones que han tenido que ser desplazadas de sus casas durante estos últimos años por la guerra o desastres naturales como la sequía.
Tanto el Gobierno talibán como la comunidad internacional tratan de brindar asistencia humanitaria a alrededor de unos cinco millones de desplazados internos, pero la suspensión de los fondos destinados a la reconstrucción de Afganistán tras la llegada al poder de los islamistas ha agravado la precaria situación de la nación asiática.