Texas ejecuta al mexicano Roberto Moreno Ramos por matar a su familia

El estado de 

Texas

 (EE.UU.) ejecutó hoy al mexicano Roberto Moreno Ramos por asesinar a su entonces esposa y a dos de sus hijos en 1992 y enterrarlos bajo la vivienda familiar, notificó el Departamento de Justicia Criminal de 

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A Moreno Ramos, nacido en el estado mexicano de Oaxaca hace 64 años, lo declararon muerto a las 21.36 hora local (03.36 del jueves GMT) tras administrarle una inyección letal en la prisión de Huntsville (cercana a Houston).

En sus últimas palabras, Moreno Ramos agradeció a la diplomacia mexicana la "lucha" contra su condena a muerte, "merecida o no".

Moreno Ramos fue condenado a muerte en 1993 por asesinar a martillazos un año antes a su entonces esposa - Leticia - y a sus dos hijos menores: Abigail, de 7 años, y Jonathan, de 3, para casarse con otra mujer tres días después.

Los mató el 7 de febrero de 1992 y durante cerca de dos meses evadió preguntas sobre su paradero de sus familiares, a los que aseguró que habían muerto en un accidente de tráfico del que no ofreció más detalles.

La hermana de Leticia terminó por denunciar su desaparición y las autoridades abordaron a Moreno Ramos a finales de marzo, que de nuevo dio versiones contradictorias sobre el paradero de su familia y fue detenido por unas infracciones de tráfico pendientes.

Durante un posterior registro a la vivienda familiar en la ciudad de Progreso (fronteriza con México), la Policía halló rastros de sangre, y el 7 de abril Moreno Ramos confesó que había enterrado los cuerpos bajo el baño.

Moreno Ramos fue uno de los 51 mexicanos condenados a muerte en Estados Unidos cuyos casos ordenó reconsiderar en 2004 la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en una sentencia conocida como "Fallo Avena".

A estos presos se les violó su derecho -recogido en la Convención de Viena sobre relaciones consulares- a solicitar asistencia legal a su país tras su detención.

Es por eso que el Gobierno de México, expertos de Naciones Unidas en Derechos Humanos y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) habían presionado al estado de 

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 para que suspendiera la ejecución alegando que Moreno Ramos no recibió un juicio justo.

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, sin embargo, ya había desoído a la CIJ con los casos de al menos cinco mexicanos ejecutados en la última década y el de Moreno Ramos no fue la excepción.

La de Moreno Ramos fue la undécima ejecución del año en 

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 y la número 21 en todo el país.

Desde que Estados Unidos restituyó la pena de muerte en 1976 han sido ejecutados 1.486 presos, 556 de ellos en 

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