MADISON, Wisconsin, EE.UU. (AP) — Una estudiante de 15 años mató a tiros con una pistola a un docente y a otro adolescente el lunes en una escuela cristiana de Wisconsin, aterrorizando a compañeros de clase, incluyendo un alumno de segundo grado que realizó la llamada al 911 que movilizó a decenas de policías al pequeño centro justo una semana antes del receso por Navidad.
La agresora, que fue identificada en una conferencia de prensa el lunes por la noche, también hirió a otras seis personas en la sala de estudios de la Escuela Cristiana Abundant Life, entre ellos dos alumnos que fueron hospitalizados en condición crítica, dijo el jefe de policía de Madison, Shon Barnes. Un docente y tres alumnos fueron trasladados al hospital con heridas menos graves, y dos de ellos recibieron el alta el lunes por la noche.
"Cada niño, cada persona en ese edificio es una víctima y será una víctima por siempre... Necesitamos averiguar e intentar reconstruir qué fue exactamente lo que sucedió", subrayó Barnes.
Barbara Wiers, directora de primaria y relaciones escolares en la Escuela Cristiana Abundant Life, dijo que los estudiantes "se comportaron de forma magnífica".
Aseguró que cuando la escuela pone en práctica protocolos de seguridad, lo cual había hecho poco antes del inicio del ciclo escolar, la dirección siempre anuncia que se trata de un simulacro. Eso no ocurrió el lunes.
"Cuando escucharon, ´Cierre de emergencia, cierre de emergencia´, sabían que era una situación real", puntualizó.
La policía informó que la agresora, identificada como Natalie Rupnow, fue encontrada con una herida de bala autoinfligida cuando llegaron los agentes y murió camino al hospital. Barnes se negó a dar detalles sobre la tiradora, en parte por respeto a la familia.
Abundant Life es una escuela cristiana sin denominación en Madison, la capital del estado, con aproximadamente 420 alumnos que van desde prekínder hasta la secundaria.
Wiers dijo que la escuela no tiene detectores de metal, pero utiliza otras medidas de seguridad, incluidas cámaras.
Los niños se pudieron reunir con sus familiares en un edificio médico ubicado a 1,6 kilómetros (una milla) de la escuela. Los padres abrazaban a sus hijos o los sujetaban con fuerza por las manos o los hombros mientras caminaban. Una niña fue arropada con un abrigo de adulto sobre sus hombros mientras se dirigía a un estacionamiento lleno de vehículos policiales.
De momento se desconoce el motivo del tiroteo ni si las víctimas eran objetivos específicos, apuntó Barnes.
"No sé por qué, y siento que si supiéramos por qué, podríamos evitar este tipo de cosas", dijo a los reporteros.
Barnes indicó que la policía estaba hablando con el padre de la agresora y otros miembros de la familia, quienes estaban cooperando, y se estaba registrando su casa.
"Él también perdió a alguien", dijo Barnes acerca del padre de la menor. "Y por eso no vamos a precipitarnos con la información. Nos tomaremos nuestro tiempo y nos aseguraremos de hacer nuestro trabajo con diligencia".
La primera llamada al 911 para informar sobre un tirador activo se recibió poco antes de las 11 de la mañana. Los primeros en responder, que estaban en entrenamiento a solo 5 kilómetros (3 millas) de la escuela, se apresuraron para llegar al centro, indicó Barnes. Llegaron en tres minutos e ingresaron de inmediato a las instalaciones.
En el interior se llevaban a cabo las clases cuando inició el tiroteo, explicó Barnes.
Los investigadores creen que la agresora usó una pistola de calibre 9 mm, dijo a The Associated Press un funcionario policial. El funcionario habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado para discutir la investigación en curso.
La policía bloqueó las calles aledañas a la escuela. Al lugar se presentaron agentes federales para colaborar con la policía local. La policía no realizó ningún disparo.
La escuela pidió oraciones en una breve publicación en Facebook.
Wiers dijo que la escuela tiene el objetivo de reunir al personal a principios de la semana y brindarle a la comunidad una oportunidad para que los estudiantes se reconecten antes de las vacaciones navideñas, pero aún no se toma la decisión sobre si reanudarán las clases esta semana.
Bethany Highman, madre de un estudiante, acudió a la escuela después de enterarse del tiroteo y supo por FaceTime que su hija estaba bien.
"Tan pronto como sucedió, tu mundo se detiene por un minuto. Nada más importa", dijo Highman. "No hay nadie a tu alrededor. Simplemente corres hacia la puerta y tratas de hacer todo lo que puedes como padre para estar con tus hijos".
El presidente Joe Biden emitió un comunicado en el que hizo mención del incidente para pedir al Congreso que apruebe la verificación universal de antecedentes, una ley nacional de bandera roja y otras restricciones a las armas de fuego.
"No podemos aceptar nunca la violencia sin sentido que traumatiza a los niños, a sus familias y desgarra a comunidades enteras", declaró Biden. El presidente se comunicó con el gobernador de Wisconsin, Tony Evers, y la alcaldesa de Madison, Satya Rhodes-Conway, y les ofreció su apoyo.
Evers señaló que es "impensable" que un alumno o profesor vaya a la escuela y no vuelva a casa.
En los últimos años se han registrado decenas de tiroteos en escuelas de Estados Unidos, incluidos algunos especialmente mortales en Newtown, Connecticut; Parkland, Florida; y Uvalde, Texas.
Los tiroteos han desencadenado debates fervientes sobre el control de armas y han crispado los nervios de los padres cuyos hijos están acostumbrados a realizar simulacros de ataques armados en sus aulas. Pero los tiroteos escolares han hecho poco para cambiar las leyes nacionales sobre armas.
Las armas de fuego fueron la principal causa de muerte entre los niños en 2020 y 2021, según KFF, una organización sin fines de lucro que investiga temas de atención médica.
Rhodes-Conway, dijo que el país necesita hacer más para prevenir la violencia por armas de fuego.
"Tenía la esperanza de que este día nunca llegara a Madison", dijo.