WASHINGTON (AP) — Pocos minutos después del tiroteo, el intento de asesinato del expresidente Donald Trump generó un sinfín de afirmaciones —algunas extravagantes, otras contradictorias— que reflejaron la aterradora incertidumbre del momento, así como el febril y polarizado clima político de Estados Unidos.
La avalancha de especulaciones y conjeturas generada a medida que los estadounidenses recurrían a internet en busca de noticias sobre el tiroteo es el último indicio de cómo las redes sociales se han convertido en una fuente dominante de información —y desinformación— para muchas personas, y en un factor que contribuye a la desconfianza y a las convulsiones que ahora imperan en la política estadounidense.
Las menciones sobre Trump en las redes sociales se dispararon hasta 17 veces el promedio diario en las horas posteriores al tiroteo, según PeakMetrics, una empresa cibernética que da seguimiento a las narrativas online. Muchas de esas menciones eran expresiones de solidaridad con Trump o llamados a la unidad. Pero muchas otras hacían afirmaciones infundadas y fantasiosas.
"Vimos cosas como ´los chinos estuvieron implicados´, o ´el movimiento Antifa (antifascista) estuvo implicado´, o ´el gobierno de Biden lo hizo´. También vimos afirmaciones de que la Convención Nacional Republicana estaba implicada", dijo Paul Bartel, analista de inteligencia de PeakMetrics. "Todo el mundo especula. Nadie sabe realmente lo que está pasando. Se conectan a internet para intentar averiguarlo".
A continuación, un repaso a las afirmaciones que surgieron en la red tras el tiroteo:
Afirmaciones de una operación interna o de bandera falsa carecen de fundamento
Muchas de las afirmaciones más engañosas que surgieron inmediatamente después del tiroteo trataban de culpar a Trump o a su oponente demócrata, el presidente Joe Biden, del ataque.
Algunas voces de la izquierda proclamaron rápidamente que el tiroteo era una bandera falsa urdida por Trump, mientras que algunos partidarios de Trump insinuaron que el Servicio Secreto no protegió intencionadamente a Trump por orden de la Casa Blanca.
El Servicio Secreto desmintió el domingo las afirmaciones que circulan en las redes sociales de que el equipo de campaña de Trump había pedido más seguridad antes del mitin del sábado y se le había negado.
"Esto es absolutamente falso", escribió el domingo en X el portavoz de la agencia, Anthony Guglielmi. "De hecho, hemos añadido recursos de protección y tecnología y capacidades como parte del aumento del ritmo de los viajes de campaña".
Los videos del tiroteo fueron rápidamente diseccionados en cámaras de resonancia partidistas, y los partidarios y detractores de Trump buscaban pruebas para apoyar sus creencias. Los videos que mostraban a los agentes del Servicio Secreto alejando a los miembros del público de Trump antes del tiroteo se ofrecieron como prueba de que se trataba de una operación interna. Las imágenes del puño en alto de Trump, desafiante, se utilizaron para afirmar lo contrario: que todo el acto había sido escenificado por Trump.
"¿Cómo permitió el Servicio Secreto que se detuviera y posara para una foto si había peligro real?", escribió un usuario.
Los bots de las redes sociales ayudaron a amplificar las falsas afirmaciones en plataformas como Facebook, Instagram, X y TikTok, según un análisis de la empresa tecnológica israelí Cyabra, que descubrió que el 45% de las cuentas que utilizaban hashtags como #fakeassassination y #stagedshooting no eran auténticas.
Según Cyabra, también circulaba una imagen creada mediante inteligencia artificial que mostraba a un Trump sonriente momentos después del tiroteo.
Momentos como éste son munición para los extremistas
Rápidamente surgieron en internet teorías conspirativas que identificaban erróneamente al presunto autor de los disparos, culpaban a otras personas sin pruebas y propugnaban discursos de odio, incluido un virulento antisemitismo.
"Momentos como éste son la munición de los extremistas que pululan por internet, porque lo normal es que reaccionen con gran confianza ante lo que haya sucedido sin ninguna prueba real", afirmó Jacob Ware, investigador del Consejo de Relaciones Exteriores. "La gente va a sumirse en una espiral y va a sacar adelante sus propias ideologías y sus propias conclusiones".
Antes de que las autoridades identificaran al sospechoso, circularon ampliamente por internet fotos de dos personas diferentes que falsamente las identificaban como el atacante.
En medio de todas las especulaciones y conjeturas, otros intentaron aprovecharse económicamente del acontecimiento. En X el domingo por la mañana, una cuenta llamada Proud Patriots instó a los simpatizantes de Trump a comprar su mercancía temática del intento de asesinato.
"Primero lo encarcelan, ahora intentan acabar con él", reza el anuncio de la tarjeta coleccionable del intento de asesinato de Trump. "Mantente fuerte y muestra tu apoyo".
Los republicanos culpan a Biden
Tras el tiroteo, algunos republicanos culparon a Biden del mismo, argumentando que las críticas sostenidas a Trump como amenaza a la democracia han creado un ambiente tóxico. Señalaron en particular un comentario que Biden hizo a unos donantes el 8 de julio, en lo que dijo que "es hora de poner a Trump en la mira".
Ware dijo que ese comentario de Biden era "retórica violenta" que estaba "exacerbando los ánimos", especialmente cuando se combina con las palabras existenciales de Biden sobre las elecciones. Pero añadió que era importante no sacar conclusiones sobre el móvil del hombre armado hasta conocer más información. Las declaraciones de Biden eran parte de un mensaje más amplio que tenía como fin centrar el escrutinio en Trump, sin ningún llamado explícito a la violencia.
Las propias palabras incendiarias de Trump han sido criticadas en el pasado por alentar la violencia. Sus mentiras sobre las elecciones de 2020 y la petición a sus partidarios a "luchar con todo" precedieron al ataque del 6 de enero de 2021 en el Capitolio, que provocó su segundo juicio político acusado de incitación a la insurrección. Trump también se burló del ataque con martillo que causó una fractura de cráneo a Paul Pelosi, de 80 años, marido de la expresidenta de la Cámara de Representantes.
Las encuestas revelan que los estadounidenses rechazan abrumadoramente la violencia como forma de resolver las diferencias políticas, pero la retórica exaltada de los candidatos y las redes sociales puede motivar a una pequeña minoría de personas a pasar a la acción, dijo Sean Westwood, politólogo que dirige el Polarization Research Lab en el Dartmouth College.
Westwood dijo que le preocupa que el tiroteo del sábado pueda incitar a otros a considerar la violencia como táctica.
"Existe un riesgo real de que esto se desborde", afirmó. "Aunque alguien no apoye personalmente la violencia, si cree que el otro bando sí lo hace y es testigo de un intento de asesinato político, existe un riesgo real de que esto lleve a una escalada".