Un jurado de Texas declaró culpable de homicidio a un conductor por la muerte de ocho personas, las cuales fueron atropelladas por una camioneta que se estrelló contra una parada de autobús abarrotada frente a un albergue de migrantes en la frontera sur de Estados Unidos.
George Alvarez, de 35 años, fue declarado culpable el viernes de ocho cargos de homicidio involuntario por intoxicación al final de un juicio que duró una semana, dijo Edward Sandoval, fiscal del condado Cameron. También fue declarado culpable de 10 cargos de agresión agravada con un arma letal.
Un jurado del condado Cameron sentenció a Alvarez a 20 años de prisión por cada cargo de homicidio involuntario por intoxicación. Posteriormente un juez decidió que Alvarez pasaría 60 años en total en la cárcel.
El jurado emitió el veredicto más de un año después de que las autoridades señalaran que Alvarez perdió el control del vehículo tras pasarse un semáforo en rojo. La escena mortal ocurrió en Brownsville, que desde hace tiempo ha sido un epicentro para la llegada de migrantes.
El jefe de la policía de Brownsville, Felix Sauceda, dijo cuando ocurrió el accidente que la camioneta se pasó un semáforo en rojo, perdió el control, se volcó y arrolló a 18 personas. Seis individuos murieron en el lugar y otros 12 resultaron gravemente heridos. Todas las víctimas eran varones, y varios de ellos provenían de Venezuela.
Tras anunciarse el veredicto, Alvarez se disculpó con las familias de las víctimas.
"Lo lamento realmente desde lo profundo de mi corazón", declaró.
Un operador del albergue dijo que las víctimas atropelladas por el vehículo esperaban el autobús para regresar al centro de Brownsville tras pasar la noche en el albergue. Las autoridades indicaron que Alvarez intentó huir pero varias personas en el lugar se lo impidieron.
Alvarez reconoció ser adicto a la cocaína desde los 11 años después de que sus padres lo dejaron para que fuese criado por un abuelo, según indicó. Art Teniente, fiscal de la Fiscalía de Distrito del condado Cameron, dijo creer que se trató de un choque no intencional, pero que la adicción de Alvarez a los narcóticos influyó en el accidente.
Los abogados defensores argumentaron que los resultados de las pruebas efectuadas a Alvarez sólo hallaron un vestigio de la droga, pero que él no estaba intoxicado el día que arrolló al grupo de personas en la parada de autobús. Le pidieron al jurado que tomara en cuenta que Alvarez tiene seis hijos, y que sopesara imponer una sentencia de libertad condicional o la sentencia mínima de dos años por cada cargo de homicidio involuntario por intoxicación.