Donald Trump nunca le pidió a Mike Pence que anulara la voluntad de los votantes en las elecciones de 2020, sino que sólo quería que el exvicepresidente "pausara" la certificación de los votos colegiados para permitir que los estados investigaran sus afirmaciones sobre un fraude electoral, señaló el abogado del expresidente el domingo. Esas afirmaciones sin fundamentos ya habían sido rechazadas antes por varios tribunales.
El abogado de Trump, John Lauro, comentó el domingo en varios programas de noticias que Trump se apegó a sus derechos de la Primera Enmienda cuando pidió a Pence que retrasara la certificación el 6 de enero de 2021.
"La principal tarea del vicepresidente Pence era pausar los recuentos y permitir que los estados intervinieran", dijo Lauro en el programa "Face the Nation" de la cadena CBS. Añadió que Trump estaba convencido de que había irregularidades en las elecciones que debían ser investigadas por las autoridades estatales antes de poder certificar los comicios.
Pence, que al igual que Trump busca la candidatura republicana a la presidencia en 2024, rechazó rotundamente esa versión durante una entrevista el domingo, diciendo que Trump parecía "convencido" en diciembre de que Pence tenía derecho a rechazar o devolver votos y que el 5 de enero los abogados de Trump le instruyeron: "'Queremos que rechaces los votos rotundamente'".
"Me estaban pidiendo que anulara las elecciones. Yo no tenía derecho a anular las elecciones", comentó Pence en el programa "State of the Union" de la cadena CNN.
El papel de Pence en la certificación de la victoria del demócrata Joe Biden sobre Trump en las elecciones de 2020 lo convierte en una figura central en la acusación formal contra Trump por tratar de anular la voluntad de los votantes y permanecer en el cargo incluso después que los tribunales habían rechazado rotundamente sus acusaciones de fraude electoral. Funcionarios electorales federales y estatales y el propio secretario de Justicia de Trump también sostuvieron que no había pruebas creíbles de que las elecciones estuvieran amañadas.
El acta de imputación presentada la semana pasada detalla cómo Trump y sus aliados, en lo que el fiscal especial Jack Smith describió como un ataque a una "función fundamental del gobierno de Estados Unidos", mintieron repetidamente sobre los resultados en los dos meses posteriores a que perdiera las elecciones y presionaron a Pence y a funcionarios electorales estatales para que tomaran medidas que le ayudaran a aferrarse al poder. Esos esfuerzos culminaron el 6 de enero de 2021, cuando partidarios de Trump irrumpieron violentamente en el Capitolio en un intento de impedir la certificación.
Trump se declaró inocente de esos cargos. Por otra parte, también se enfrenta a cargos de falsificación de registros comerciales relacionados con pagos de dinero a cambio del silencio de una actriz porno en Nueva York y de haber retenido indebidamente documentos confidenciales en su finca de Palm Beach, Florida, y de haber obstruido una investigación sobre su manejo.