SANTIAGO (AP) — Varios centenares de personas se manifestaron el sábado frente al palacio presidencial de La Moneda en la capital de Chile para reivindicar la figura del dictador Augusto Pinochet, a dos días antes de que se cumplan 50 años del golpe militar que cambió el destino de la nación sudamericana.
Con pancartas en español e inglés, en que se leía "50 años después Chile contra el comunismo de nuevo", banderas patrias y mucha iconografía referida a Pinochet (1973-1990) en forma de cuadros, fotos, banderas o bustos, los manifestantes —entre 200 a 300 según estimaciones de los medios— expresaron sus elogios a la figura del dictador, que sigue despertando reacciones divididas en el país.
"Amo mi Patria, amo mi país, amo Chile", se leía en una pancarta que portaba una mujer con la figura de Pinochet vestido con sus mejores galas militares. Otra mostraba una bandera con el rostro impreso de varios de los destacados generales golpistas.
"Para mi todos son comunistas, pero tuvimos 17 años de gloria. Y mi general Pinochet representa la libertad, representa el heroísmo", señaló Julieta Aguilar.
"Estamos conmemorando a mi general Pinochet. No fue dictador, no fue asesino", dijo Margarita Muñoz, también en edad madura.
"Renuncia Boric, gobierno corrupto", se leía en otra de las pancartas.
Chile llega a la conmemoración de los 50 años del golpe con un ambiente tenso y dividido que se ha expresado también en las fuerzas políticas. La derecha y ultraderecha han declinado la invitación del presidente Gabriel Boric de participar en un documento conjunto declarando un "Nunca más", y presentaron su propia declaración sobre lo ocurrido en un acto por separado.
El 36% de los chilenos opina que los militares "tenían razón" para encabezar el levantamiento, según encuestas recientes a la población, una cifra que se dobló en los últimos 10 años, cuando sólo un 18% lo justificaba.
En el país siguen siendo mayoría los que califican a Pinochet de dictador (64%), mientras que va en aumento quienes defienden que su régimen militar fue "en parte bueno y en parte malo".
El 11 de septiembre de 1973, Pinochet encabezó un golpe de Estado contra el gobierno socialista de Salvador Allende —quien se suicidó el mismo día del levantamiento—, que instauró 17 años de dictadura, que según organismos de derechos humanos dejó más 3.200 asesinados y 1.162 desaparecidos, incluidos niños.