CARACAS (AP) — La principal coalición opositora de Venezuela acogió el martes el anuncio del presidente Nicolás Maduro realizado en la víspera sobre sus intenciones de reanudar las negociaciones con Estados Unidos esta semana.
El secretario ejecutivo de la Plataforma Unitaria, Omar Barboza, dijo a reporteros que la alianza considera el anuncio de Maduro y su disposición a dialogar, apenas semanas antes de las muy anticipadas elecciones presidenciales venezolanas, como una señal positiva.
Los negociadores de la coalición estarán listos para participar en discusiones bilaterales si se hacen necesarias, en el interés del "proceso electoral y el respeto a las garantías democráticas", dijo Barboza.
"Las diferencias se deben de tratar de resolver por la vía pacífica, por la vía del dialogo", añadió en declaraciones a reporteros.
Estados Unidos no ha confirmado ninguna negociación con el gobierno de Maduro, según el cual el diálogo comenzará el miércoles. Maduro, en su programa de televisión semanal, señaló que las negociaciones eran "urgentes".
Maduro ha sostenido conversaciones paralelas con el gobierno del presidente Joe Biden y con la coalición opositora por unos dos años, tratando de librar a Venezuela de sanciones económicas que aislaron al país de los mercados occidentales, lo que contribuyó a una compleja crisis que comenzó hace más de una década. También ha buscado recuperar el acceso a miles de millones de dólares que han sido congelados en el exterior.
Por unos dos años, las negociaciones se desarrollaron de manera errática mientras Maduro liberaba a ciudadanos estadounidenses detenidos injustamente y algunos prisioneros políticos, al tiempo que también prometía trabajar con la coalición de Barboza para permitir elecciones libres e imparciales este año.
Las promesas de Maduro el año pasado de trabajar en condiciones electorales le valieron a Venezuela gran alivio de las sanciones sobre sus sectores petrolero, gasífero y minero. Pero el gobierno de Biden puso fin al alivio este año cuando Maduro violó su promesa de trabajar con la oposición e intensificó la represión contra sus adversarios mientras el ascenso meteórico de la líder opositora María Corina Machado tendió una sombra sobre sus intenciones de reelegirse.
Las elecciones programadas para el 28 de julio se perfilan como el mayor desafío que el Partido Socialista Unido de Venezuela ha enfrentado en sus 25 años de dominio, desde que Hugo Chávez ascendió a la presidencia. El partido desea mantener su control absoluto por seis años más, pero su base está dividida y desencantada por la crisis social, económica y política de los últimos 11 años, en los que Maduro ha estado en el poder.
Aunque Washington no ha confirmado negociación alguna, el Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos dijo el martes que el gobierno de Biden continúa acogiendo un diálogo de buena fe con Maduro, pero está consciente de que "un cambio democrático no será fácil y requiere compromisos serios".
Añadió que Estados Unidos sigue comprometido con apoyar la voluntad del pueblo venezolano y "una senda hacia un gobierno democrático mediante elecciones competitivas e inclusivas".
"Yo he recibido la propuesta durante dos meses continuos del gobierno de los Estados Unidos para restablecer las conversaciones y el diálogo directo", dijo Maduro en su programa. "Luego de pensarlo durante dos meses, he aceptado".
Añadió que la sesión del miércoles se enfocará en hacerle seguimiento a acuerdos firmados en Qatar, donde Venezuela y Estados Unidos han sostenido negociaciones en el pasado, "para restablecer los términos del diálogo urgente".