BUDAPEST (AP) — Un rival en ascenso del primer ministro húngaro, Viktor Orbán, movilizó a miles de seguidores en la capital de Hungría el sábado, delineando un plan para unir al país y poner fin a los 14 años de control del poder del líder populista.
En el centro de la manifestación, la más reciente en una serie de protestas contra el gobierno nacionalista de Orbán, estuvo el recién llegado político Peter Magyar, exmiembro del partido gobernante Fidesz que ha saltado a la fama en las últimas semanas por sus denuncias de corrupción y nepotismo contra los líderes del país.
Magyar se dirigió a una multitud que llenó la extensa plaza cerca del edificio del Parlamento en Budapest, anunciando la creación de una nueva comunidad política destinada a unir a los húngaros conservadores y liberales desilusionados por el gobierno de Orbán y la fragmentada e ineficaz oposición política.
"Paso a paso, ladrillo a ladrillo, estamos recuperando nuestra patria y construyendo un nuevo país, una Hungría europea, soberana y moderna", dijo Magyar, y agregó que el mitin fue "la mayor manifestación política en años".
Magyar, de 43 años, fue parte del círculo político de Orbán y estuvo casado con la exministra de Justicia y aliada de Orbán, Judit Varga. Pero rompió filas en febrero a raíz de un escándalo político que llevó a la dimisión de su exesposa y del presidente, y ha acumulado un gran número de seguidores con frecuentes apariciones en los medios donde ha denunciado que la política de Hungría ha sido tomada por un grupo privilegiado de oligarcas y élites antidemocráticas.
Asegura que el gobierno de Orbán opera como una "mafia" y ha abogado por una transformación moral, política y económica del país que frenaría la corrupción y crearía un sistema político más pluralista.
El gobierno dice que Magyar es un oportunista que busca forjar una nueva carrera después de divorciarse de Varga y haber perdido posiciones en varias empresas estatales. Pero su ascenso ha agravado los dolores de cabeza políticos para Orbán, que han incluido la renuncia de miembros de su gobierno y una dolorosa crisis económica.
Los críticos de Orbán en Hungría y en la Unión Europea lo acusan de erosionar las instituciones democráticas, apoderarse de grandes sectores de los medios de comunicación y alterar el sistema electoral del país para darle una ventaja a su partido. La UE ha retenido miles de millones en fondos para Budapest por supuesto retroceso democrático, mal uso de fondos comunitarios y falta de garantía de los derechos de las minorías.