Las acciones del Congreso local vigorizaron a los adolescentes mientras se preparaban para confrontar a los legisladores, que han repelido los intentos de controlar las armas durante décadas en un estado donde 1,3 millones de personas tienen permisos para portar un arma.
Tres autobuses llevaban a los 100 estudiantes, quienes, días después del tiroteo en el que murieron 17 personas, quieren revivir el movimiento en pro del control de armas. Los alumnos llevaban sacos de dormir y almohadas, y abrazaron a sus padres antes de partir. Muchos vestían camisetas con los colores de su escuela.
En un comienzo, parecía que el ataque ocurrido el 14 de febrero había vencido la resistencia de algunos de los líderes políticos del estado, quienes han rechazado restricciones de armas desde que los republicanos tomaron el control tanto de la gubernatura como de la Legislatura en 1999. Sin embargo, muchos miembros del partido todavía oponen una fuerte resistencia ante cualquier medida sobre control de armas.
Los líderes republicanos en la Cámara de Representantes y en el Senado dijeron que considerarán las restricciones de edad para comprar armas y una ley que permitiría quitar de forma temporal las armas de alguien si se considera que representa una amenaza para otros.
Los estudiantes planean reunirse el miércoles con líderes de la Legislatura estatal, entre ellos el presidente del Senado, Joe Negron, y el titular de la Cámara de Representantes, Richard Corcoran.