TEHERÁN, Irán.- Los iraníes, como muchos en todo el mundo, están divididos sobre lo que traerá la próxima presidencia de Donald Trump: Algunos prevén una guerra total entre Teherán y Washington, especialmente en un momento en que otros conflictos arden en la región. Otros mantienen la esperanza de que el 47mo presidente de Estados Unidos pueda participar en una diplomacia inesperada como lo hizo con Corea del Norte.
Pero casi todos creen que algo cambiará en la relación entre Estados Unidos e Irán.
“Trump utilizará palancas más duras contra Irán”, advirtió Ahmad Zeidabadi, un analista político. “Las autoridades iraníes seguirán rechazándolo y eso podría hacer que él escale su presión”.
Y mientras que el líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, quien tiene la última palabra en todos los asuntos de Estado, ha expresado repetidamente su propio repudio por Trump, el nuevo presidente reformista de Irán ha mantenido abierta la puerta a conversaciones con Trump para buscar un alivio de las sanciones internacionales para impulsar una economía en picada. El rial iraní, en caída libre durante años, alcanzó su valor más bajo frente al dólar el miércoles antes de recuperarse ligeramente.
Estados Unidos e Irán han tenido una relación adversa desde la Revolución Islámica de Irán en 1979, la toma de la embajada de EU y la crisis de los rehenes de 444 días que siguieron.
El primer mandato de Trump estuvo marcado por un período problemático. Retiró a los Estados Unidos del acuerdo nuclear de Irán con las potencias mundiales, lo que llevó a diversas sanciones que paralizaron la economía.