BEIRUT (AP) — Yahya Sinwar planeó y organizó un ataque contra Israel que sacudió al mundo y desató una catástrofe cada vez mayor sin un final a la vista.
En Gaza, ninguna figura fue más importante para determinar la trayectoria de la guerra que la del líder de Hamás, de 61 años. Obsesivo, disciplinado y dictatorial, fue un veterano militar pocas veces visto que aprendió hebreo en los años que pasó en prisiones israelíes y que estudió cuidadosamente a su enemigo.
El jueves, Israel informó que sus tropas abatieron a Sinwar en Gaza. Hasta el momento, Hamás no ha comentado nada sobre su muerte.
La reservada figura, temida en ambos lados de la línea de batalla, organizó el sorpresivo ataque del 7 de octubre de 2023 en el sur de Israel, junto con el aún más enigmático Mohammed Deif, líder del brazo armado de Hamás. Israel afirmó haber liquidado a Deif en un ataque realizado en julio en el sur de Gaza, en el que murieron más de 70 palestinos.
Poco después, el líder de Hamás en el exilio, Ismail Haniyeh, murió en una explosión mientras visitaba Irán, en un acto del que se culpó a Israel. Sinwar fue elegido para tomar su lugar como líder máximo de Hamás, aunque se ocultaba en Gaza.
Los milicianos palestinos que realizaron el ataque de octubre de 2023 asesinaron principalmente a civiles, tomando por sorpresa al ejército y a los organismos de inteligencia israelíes y sacudiendo la imagen de la invencibilidad de Israel.
Las represalias tomadas por Israel fueron aplastantes. En el conflicto han muerto más de 42.000 personas, la región costera ha sido prácticamente destruida, y cientos de miles de palestinos, muchos de los cuales están al borde de la hambruna, han quedado sin hogar.
Sinwar sostuvo negociaciones indirectas con Israel para tratar de poner fin a la guerra. Uno de sus objetivos era obtener la liberación de miles de palestinos encerrados en cárceles israelíes, algo muy parecido al acuerdo por el que fue liberado hace más de una década.
Trabajó para acercar a Hamás a Irán y sus otros aliados en la región. La guerra que inició incorporó a Hezbollah, lo que provocó al final otra invasión israelí de Líbano, e hizo que Irán e Israel intercambiaran fuego directamente por primera vez, haciendo surgir temores de un conflicto aún más expansivo.
Para los israelíes, Sinwar era una pesadilla. El vocero en jefe del ejército israelí, el vicealmirante Daniel Hagari, dijo que era un asesino "que le demostró al mundo que Hamás es peor que ISIS", refiriéndose al grupo Estado Islámico.
Siempre desafiante, Sinwar concluyó uno de sus pocos discursos públicos invitando a Israel a que lo asesinara, proclamando en Gaza que "volvería a casa después de esta reunión". Y lo hizo, saludando y tomándose selfies con gente en las calles.
Entre los palestinos, era respetado por hacer frente a Israel y quedarse en la empobrecida Gaza, a diferencia de otros líderes de Hamas que vivían cómodamente en el extranjero.
Pero también era muy temido por su mano de hierro en Gaza, donde el disenso público está prohibido.