Ciudad de México.- En punto del mediodía, un enorme jaguar con una corona de plumas, alas de mariposa y cola de escorpión de al menos cinco metros de largo comenzó a andar sobre avenida 5 de Mayo, seguido de un reptil multicolor con alas de murciélago y siete ojos.
Así, una a una, más de 180 criaturas de colores vibrantes, formas exóticas y enormes dimensiones desfilaron desde el Zócalo de la Ciudad de México hasta el Ángel de la Independencia al ritmo de la música, tambores y en medio de las expresiones de asombro de niños y adultos.
Alas, cuernos, aletas, plumas, colmillos, antenas e, incluso, branquias fueron algunos de los aspectos más creativos de estas piezas de arte creadas a partir de una base metálica, cartón, papel, litros de pintura y la imaginación de sus artistas.
En la edición 16 del Desfile de Alebrijes Monumentales, participó “El Uy uy uy” un enorme monstruo con articulaciones en la boca y los ojos que abrían y cerraban mientras avanzaba, como si estuviera saludando a la gente al pasar.
Cuatro horas después, los seres fantásticos y multicolores, dieron paso a los muertos vivientes, quienes salieron, con su lento andar, desde el Monumento a la Revolución al Zócalo.
Entre ellos estaba Andrick, quien simuló que una motosierra atravesó su cráneo, disfraz que le tomó una semana en idear y una hora para caracterizarse.
En esta edición de la Marcha Zombie, el disfraz de Beetlejuice, personaje de la película de los 80, fue uno de los más utilizados. Ese fue el caso de Jorge, quien llegó del primer cuadro de Ciudad Nezahualcóyotl, ; utilizó un cuchillo en la cabeza para diferenciarse del resto.