ZACATECAS, Zac.- Apulco lleva más de una década gobernado en la opacidad y el silencio, entre amenazas e imposiciones de perfiles del crimen organizado, realidad que quedó en evidencia los últimos seis años por las pugnas de los cárteles que no sólo buscan el control de esa zona limítrofe entre Zacatecas y Jalisco, sino que buscan “institucionalizar el crimen bajo un micromodelo de narco-Estado”, alertan expertos.
Este panorama se observa por el reciente desafuero de Mauro Yuriel “N”, quien fue separado del cargo como presidente municipal cuando llevaba poco más de un mes de estar en el cargo. La Fiscalía de Zacatecas le imputa los delitos de homicidio calificado en grado de tentativa y asociación delictuosa.
En su contra hay otra investigación por un delito federal en materia de delincuencia organizada que integra la Fiscalía General de la República (FGR).
Debido a que se evadió de la justicia, ya hay una orden de aprehensión en su contra y se ha solicitado a la interpol que libere la ficha roja para la búsqueda internacional.
Pablo Camacho Sánchez, experto en temas de seguridad y delincuencia organizada, revela que Apulco es un caso de estudio “porque podría ser un ejemplo de cómo operan los micromodelos de un narco-Estado”.