El próximo martes 1 de octubre, México será testigo de un evento sin precedentes en su historia política: Claudia Sheinbaum Pardo, la primera mujer en ser electa presidenta del país, asumirá el poder. Con este cambio de gobierno, se celebra un hito en la lucha por la igualdad de género y se inaugura una nueva etapa en la vida política del país.
Sheinbaum, quien obtuvo más de 35.9 millones de votos en las elecciones del 2 de junio de 2024, marcará el inicio de una nueva era para México. Su victoria no solo es notable por la cifra histórica de sufragios, sino por lo que simboliza: el rompimiento del techo de cristal en la política mexicana. Después de siglos de gobiernos encabezados por hombres, el país finalmente verá a una mujer portar la banda presidencial.
Este suceso es aún más significativo en el contexto de avances recientes en la representación política de las mujeres. En 2023, el Estado de México también eligió a su primera gobernadora, fortaleciendo la tendencia de mayor participación femenina en cargos públicos de alto nivel. Cada vez más, los procesos electorales reflejan esta realidad, donde el acceso de las mujeres a puestos de toma de decisiones se vuelve una constante.
La relevancia del 1 de octubre: un cambio en la transmisión del poder ejecutivo
La reforma constitucional en materia política-electoral, aprobada en 2014, modificó diversos artículos de la Constitución, entre ellos el 83, y estableció que la transmisión del Poder Ejecutivo Federal pasaría del 1 de diciembre al 1 de octubre. Este cambio, que entró en vigor por primera vez en 2018, responde a la necesidad de reducir el tiempo de espera entre las elecciones y la toma de protesta presidencial, que anteriormente era de casi seis meses.
Con esta modificación, se busca una transición gubernamental más ágil y eficiente, permitiendo que el presidente electo tenga suficiente tiempo para formular y presentar su propuesta de Ley de Ingresos y Presupuesto de Egresos de la Federación. Esto, a su vez, otorga más tiempo a los legisladores para analizar, discutir y aprobar dichas propuestas, garantizando así un ejercicio presupuestal más fluido y sin retrasos innecesarios.
Un nuevo feriado nacional
Además de este importante ajuste político, el 1 de octubre ha sido reconocido oficialmente como un día feriado en la Constitución y la Ley Federal del Trabajo. Esto significa que los trabajadores que deban laborar en esta fecha tendrán derecho a recibir un salario doble adicional al salario diario correspondiente, como ocurre con otros días festivos.
La inclusión de este día como feriado refuerza la importancia simbólica de la transmisión del poder en México, un momento de reflexión cívica que celebra la democracia y la estabilidad política del país. Este nuevo feriado es una invitación a que los ciudadanos se involucren en la vida política de su nación y se mantengan atentos a los cambios que este nuevo gobierno traerá consigo.
La importancia económica de la reforma
La reforma que adelanta la toma de posesión al 1 de octubre no solo es relevante desde el punto de vista político, sino también económico. Al permitir que el presidente electo participe en la elaboración del presupuesto desde los primeros días de su mandato, se busca fortalecer la estabilidad económica del país. Con mecanismos financieros más eficientes, el gobierno podrá implementar medidas de desarrollo económico de manera oportuna y estratégica.
De este modo, la reforma de 2014, que ahora se implementa plenamente, pretende garantizar un manejo económico adecuado desde el inicio del mandato presidencial, contribuyendo a la estabilidad y al crecimiento del Estado mexicano.
Este 1 de octubre de 2024 será, sin duda, un día que quedará en los libros de historia de México. Un día en el que se celebra no solo el cambio de gobierno, sino también los avances hacia la igualdad de género y el fortalecimiento democrático del país.