Para el proceso electoral por la Presidencia se llevarán a cabo tres debates entre los candidatos. Al respecto, la investigación del IBD coincide con el Instituto Nacional Electoral (INE) en que se debe “flexibilizar el formato en dos aspectos clave: primero, en la generación de una dinámica que favorezca la interacción y el debate entre los candidatos, y segundo, permitir un mayor involucramiento de la ciudadanía que promueva una interacción más directa con los candidatos”.
Cabe recordar que desde 1994 los debates presidenciales en México han dejado experiencias acerca de los formatos en los que se han realizado esas confrontaciones en transmisiones de televisión en vivo. Para el actual proceso se escogieron como sedes la Ciudad de México, Tijuana y Mérida, el 22 de abril, 20 de mayo y 12 de junio, respectivamente.
Al instituto corresponde organizar los debates obligatorios entre los candidatos a la Presidencia de la República y definir las reglas, fechas y sedes.
“Es necesario que el instituto tenga claridad sobre las variables que deberán documentarse y medirse para valorar la efectividad del formato, lo que significa también definir con claridad qué se considerará efectividad; es decir, bajo qué criterio será posible señalar que un formato contribuyó en mayor o menor medida al cumplimiento del objetivo de esta actividad”, resalta.