Morelia, Mich.- Michoacán vivió este lunes 3 de noviembre un día de movilizaciones y manifestaciones para exigir justicia por el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo Rodríguez, la noche del pasado sábado 1 de noviembre en el centro de su municipio.
Una de esas marchas fue la que convocaron estudiantes universitarios de Morelia, interrumpida por integrantes del Frente Nacional de Lucha por el Socialismo (FNLS) y que terminó con escenarios de violencia, al igual que la movilización del domingo pasado.
Unos 3 mil estudiantes partieron de dos puntos hasta encontrarse afuera del palacio de gobierno de la capital michoacana.
Un contingente salió de Las Tarascas y el otro del monumento a Lázaro Cárdenas. Ambos recorrieron la avenida Madero, pero el primer contingente hizo una escala en la sede del Poder Legislativo.
“Estamos consternados, decepcionados y profundamente indignados, pero no estamos dispuestos a normalizar la violencia ni a adoptar la resignación como destino. Sabemos que la historia no cambia con silencio, sino con decisión, organización y valentía.
“Levantamos la voz por Carlos Manzo, por Bernardo Bravo [líder limonero asesinado el 20 de octubre] y por los miles de víctimas que no tuvieron micrófono ni cargo público ni titular de prensa, pero tenían sueños, como cada uno de los jóvenes que hoy aquí nos encontramos”, expresó una joven estudiante afuera de la sede del Congreso estatal.
En ese sitio los universitarios continuaron su manifestación, la cual, al igual que su caminata, fue pacífica; sin embargo, un grupo de normalistas e integrantes del FNLS empezaron a quitar a patadas y jalones el cerco con vallas que resguardaba la sede del Poder Ejecutivo, y lanzaron piedras, tubos y cohetones a los cristales del edificio, hasta romperlos.
Eso provocó enfrentamientos y que los ánimos se desbordaran en más violencia entre los agentes de la Guardia Civil y los manifestantes del FNLS.
En Pátzcuaro, más de un centenar de habitantes también caminaron por las calles de ese Pueblo Mágico, en honor a quien consideraron su líder: Carlos Manzo, “El Señor del Sombrero”.
Casi de manera simultánea, los habitantes de Uruapan volvieron a salir a las calles y efectuaron un mitin con centenares de personas, que por segundo día consecutivo exigieron seguridad para su municipio y justicia para Manzo Rodríguez. Apatzingán no se quedó atrás y sus pobladores también convocaron a una manifestación en la que exigieron justicia para Carlos Manzo y para el líder limonero Bernardo Bravo.