Impacto de las Deportaciones Masivas en la Frontera

Albergue San Juan Bosco enfrenta desafíos ante la migración y deportaciones.

NOGALES, Son.- En víspera de que Donald Trump asuma por segunda ocasión la presidencia de Estados Unidos aumenta la incertidumbre y el temor, no sólo de que cumpla su promesa de campaña de realizar deportaciones masivas, sino que de nuevo separe a padres e hijos.

Francisco Loureiro, representante del Albergue San Juan Bosco, donde se ha atendido a más de un millón y medio de migrantes en un plazo de 43 años, recordó que la anterior administración de Donald Trump (2017-2021), realizó separaciones forzosas de familias.

Tom Homan, era director del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) y al iniciar el segundo mandato sería el "zar de la frontera".

Loureiro dijo que "nunca ha habido un freno para las deportaciones de familias. Siempre se han dado".

"Nada más hay que recordar que la anterior administración -de Trump- llevaron a cabo una estrategia para detener la migración que era la separación de familias". Detenían a los niños y los padres y los deportaban por distintas fronteras; a la madre por una frontera, al padre por otra, y a los niños los separaban y quedaban detenidos.

Esto, llegaba al grado que no sabían esos padres donde estaban sus hijos, no sabían en qué centro de detención habían quedado o hacia donde los habían trasladado, detalló.

Tom Homan fue el que llevó a cabo la separación de familias y será el "zar de la frontera", externó.

"Estamos muy temerosos que esta persona vuelva a implementar esa estrategia para tratar de controlar la migración hacia Estados Unidos", compartió.

Deportaciones inmediatas

Loureiro piensa que las deportaciones masivas podrían ser inmediatas a la toma de poder de Trump, pues de acuerdo a declaraciones y a las noticias sobre el tema, se iniciaría con personas que han cometido delitos en Estados Unidos.

"Entonces, si se inicia con esas deportaciones, son personas que ya tienen en las detenciones de migración, que probablemente estén peleando sus casos".

"Si esto pasa, obviamente va a subir el flujo migratorio porque hay grandes cantidades de personas que tienen detenidas, y además localizadas que han cometido delitos".

Son más de 60 mil personas que van a poder deportar, son muchísimas, lo que significaría un colapso en las fronteras.

Sonora, segundo lugar de deportaciones en el país

Nogales, Sonora, es una de las principales fronteras que utilizan para deportaciones.

"Ocupamos el segundo lugar en deportaciones, entonces tenemos que estar muy bien preparados para ello", externó Loureiro.

Agregó que el albergue San Juan Bosco siempre está preparado, se han llegado a atender hasta 400 migrantes diarios en anteriores crisis migratorias, pero si en esta ocasión se ven rebasados, las autoridades ya tienen dos albergues listos.

Por el momento, no se sabe si van a deportar extranjeros para México. "No tenemos nosotros una noticia que sea así".

Loureiro comentó que participó el pasado 14 de enero en una reunión en Phoenix, Arizona, donde "estuvo presente el canciller de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente y no comentó si se iban a llevar a cabo deportaciones de extranjeros hacia México".

Dijo que el ministro está luchando para que se respeten los acuerdos binacionales y no se hagan deportaciones a deshoras que ponen en peligro a los migrantes. Al albergue muchos llegan de madrugada.

Bajo flujo migratorio en la frontera

Actualmente, el albergue reporta, bajo flujo migratorio en el tema de las repatriaciones, de las deportaciones.

En estos días, se han recibido un promedio diario de entre 30 hasta 60 migrantes.

"Las personas que se están deportando son mexicanas, nada más están repatriando connacionales, no están deportando extranjeros por nuestra frontera".

En los últimos dos años se han recibido en el albergue más niños que adultos porque vienen familias enteras deportadas, también las que van en tránsito.

Francisco Loureiro comentó que el flujo migratorio es impredecible.

"Dependemos mucho de las políticas migratorias de Estados Unidos y no nomás en materia de deportaciones, porque también cambia la mentalidad de las personas que vienen en tránsito con la intención de pedir asilo humanitario".

"Un día podemos tener 50 migrantes, y al otro 300, es muy variada la cantidad de personas, pero el año pasado si tuvimos más personas".

Hoy en día, normalmente, los extranjeros llegan con su cita de CBP One, expresó Francisco Loureiro.

El flujo migratorio actual que se atiende en el Albergue San Juan Bosco es de Guatemala, Honduras, Venezuela, Ecuador y de Haití, también de África y Asia.

Piden ayudar a deportados

El representante del albergue, pidió a la sociedad que se solidarice con el migrante, más ahora que vienen estas supuestas deportaciones masivas.

Hizo un llamado para "que no se estigmatice al migrante como un delincuente, como una persona que va a venir a causar algún daño a México".

Estas personas tienen un oficio y muchos conocimientos que el gobierno debe capitalizar.

"Todas esas personas que tenían mucho tiempo en Estados Unidos, que probablemente sean deportadas, pueden aportar muchos conocimientos a México y se puede capitalizar su conocimiento".

"Todos los días que estoy en el albergue me voy triste, porque siempre estoy viendo una historia, una historia diferente, una historia terrible, de adversidades, de sufrimiento", lamentó.

Consideró que "la ayuda que se les proporciona -en el albergue-, es mínima comparada con la cadena de adversidades y vicisitudes que han pasado".

Le preocupan las personas que van a ser deportadas, porque entraron de manera ilegal, a solicitar asilo y son regresados de manera inmediata, porque la mayoría son desplazados de manera forzada de sus lugares de origen y no pueden regresar.

Al no poder ingresar a los Estados Unidos y no poder regresar a sus lugares de origen, ahí vienen los problemas.

¿Qué va a pasar con esas personas?, ¿hacia dónde se van a dirigir? Ahí tiene se tiene que aplicar el gobierno con todos los programas, concluyó Loureiro.